La mañana del pasado martes fue localizado el cadáver de un hombre que presentaba huellas de violencia.
El hallazgo se reportó al Servicio Estatal de Emergencias 911 poco después de las 07:00 horas, y se indicaba que a la orilla del panteón del ejido La Esperanza, del municipio de Matamoros, se encontraba un hombre tirado, el cual estaba "maniatado".
De inmediato, elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Fuerza Coahuila, así como de la Policía Investigadora, arribaron al lugar y confirmaron el hallazgo.
Se trata del cuerpo de un hombre de aproximadamente 30 años de edad, el cual tenía la cabeza cubierta con cinta canela, así como una prenda de vestir enredada en el cuello y parte del rostro.
Las manos las tenía atadas hacia atrás y a simple vista se le apreciaban golpes en la cara.
Se informó que el hallazgo del cadáver lo reportó el velador de una obra del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) Matamoros, quien manifestó que cerca de las seis y media de la mañana, una pareja de jóvenes se le acercó para contarle que a la orilla del cementerio se encontraba un hombre tirado, pero que no sabía si estaba vivo o muerto, por lo que se acercó al lugar y confirmó que ya no contaba con signos vitales, por lo que de inmediato marcó al 911.
Las autoridades policiales revelaron que el hoy occiso vestía playera negra con puntos blancos, doble short en color negro, (una de las prendas la tenía en la parte baja de las piernas), y que era de complexión media, tez morena clara y como seña particular tenía tatuajes en ambos brazos, en el cuello y en el abdomen.
Luego de que personal de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado tomó algunas evidencias, se ordenó el traslado del cuerpo a las instalaciones del Semefo.
Identificación
Por la tarde se informó que el occiso fue identificado como Juan Iván Hernández Orona, de 26 años y tenía su domicilio en la ciudad de Torreón.
Violento
El occiso tenía el rostro cubierto con cinta canela, así como una prenda de vestir enredada en el cuello; las manos estaban atadas hacías atrás. Se le apreciaban golpes en la cara.
