REFRANERO DEL QUIJOTE
NO HAY OTRO YO EN EL MUNDO EL QUIJOTE II, 70
Altisidora, doncella de la Duquesa, simula por indicaciones de ésta y de su esposo el Duque estar rendidamente enamorada de don Quijote. Este fingimiento forma parte de la serie de burlas que la pareja de nobles, para su entretenimiento, hizo objeto al manchego caballero andante. La supuesta enamorada lleva la mofa al extremo de fingir que muere y después resucita.
Por supuestamente haber tenido la experiencia de la muerte y de su posterior regreso a la vida, Sancho la interroga sobre cómo son los infiernos. Aunque Altisidora aclara que no entró a éstos sino que sólo los vio desde la puerta, describe que "estaban jugando hasta una docena de diablos a la pelota".
Que al no quedar pelota en pie llevaron adelante su juego pero con libros, "nuevos y viejos que era una maravilla. A uno de ellos, nuevo, flamante y bien encuadernado le dieron un papirotazo que le sacaron las tripas y le esparcieron las hojas, Dijo un diablo a otro: 'Mirad qué libro es ese'. Y el diablo le respondió:
'Esta es la Segunda parte de la historia de don Quijote de la Mancha, no compuesta por Cide Hamete, su primer autor, sino por un aragonés, que él dice ser natural de Tordesillas'. 'Quitádmele de ahí -respondió el otro diablo- y metedle en los abismos del infierno: no lo vean más mis ojos'".
El autor se refiere en este pasaje al Quijote apócrifo compuesto por Avellaneda, publicación que molestó mucho a Cervantes, quien continúa la narración así:
"-Visión debió de ser, sin duda -dijo don Quijote-, porque no hay otro yo en el mundo".
Al escribir lo anterior, Cervantes no sólo expresa una verdad incontrovertible desde el punto de vista biológico y aun filosófico, sino que además condena no sólo el plagio de su obra, de cualquier obra, y reprueba el intento de suplantar la personalidad de otro, pues no hay otro yo en el mundo.
@jagarciavilla
