Llamado, mejor dicho súplica
Todos tenemos la obligación de intentar mejorar un poco el mundo que nos rodea, o al menos intentar no empeorarlo (un servidor).Le comento, con motivo de la visita a los siete templos, recorrí en familia y a pie de calle García Carrillo a calle Carmen Salinas y de avenida Morelos a avenida Artes Gráficas aquí en Torreón, observé con gran tristeza como en aras de “el progreso” varias construcciones nuevas, tipo bodega y con oficina al frente se han tomado la “libertad” de construir cajones de estacionamiento en las banquetas, situación ya de por sí arbitraria, sin embargo lo más terrible y desastroso: han talado los árboles y no han dejado alguna jardinera o arriate para colocar otro arbolito hay cuadras que son varios los vecinos que han hecho tal atrocidad y cuadras enteras que ya no cuentan con ningún árbol.Esta situación está acabando con la costumbre familiar de salir con sillas en primavera y verano a descansar y convivir a la vez que se riegan los arbolitos y jardines, lo cual a la larga y a la corta es un impacto social de retroceso, por otro lado se reduce el área verde, la oxigenación de la ciudad y la humedad ambiental. Estos vecinos ahora no sólo se privan ellos de la amabilidad ambiental que produce un árbol también privan a las aves de su hábitat y a toda la ciudad, esta mentalidad egoísta es precisamente la negación a una convivencia social que tanto nos está agobiando, también van estas líneas como una súplica o un llamado a las autoridades como son urbanismo, ecología, obras publicas, etcétera, de que impidan de alguna forma estas salvajes acciones que lesionan el hábitat y también es un llamado a los constructores que convenzan al cliente que un árbol no sólo es bello también da sombra, cambia el grado de confort bajo su abrigo y produce una natural relajación al sistema nervioso, atrae nubosidad de lluvias, ayuda a las abejas a la polinización, una hora bajo su sombra le proporcionará relajación y no le cobrará la consulta como el psicólogo o el psiquiatra, estas palabras tienen como objetivo suplicar a las personas que han cometido esta barbaridad para que lo remedien con un pequeño arriate de un metro cuadrado y siembren un arbolito. Dios quiera que se logre este enorme y trascendental objetivo de conciencia. Y su impacto al mundo que nos rodea y que heredamos a nuestra descendencia un mundo un poco mejor, muchas gracias. Arturo Pedro Salas Juárez,Comarca lagunera.
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La desconfianza en la escuela
Es un hecho que desde principios del siglo 20 ha crecido de forma exponencial la desconfianza de la sociedad en el sistema educativo y en la escuela. También es un hecho que sean atribuidas sus deficiencias sólo o principalmente a los profesores, como si estos últimos fueran los autores de las frecuentes y contradictorias reformas educativas. Es preciso que el sistema educativo, especialmente padres y políticos, devuelva el protagonismo a los profesores que juntos con los alumnos son los verdaderos protagonistas.
Jesús Martínez Madrid
Girona, España.
