A todos ustedes que amablemente me favorecen con la lectura de esta colaboración ruego me disculpen, pero soy un lagunero que ama a su tierra y que se siente orgulloso de quienes la representan, es por esto que en esta ocasión conscientemente hago a un lado la gran responsabilidad de conservar la imparcialidad y objetividad de un espacio periodístico para manifestar el cariño por mi equipo los Guerreros del Santos Laguna, comparto preferencia por otros colores, pero el verde y blanco ocupan la mayor parte de mi corazón, primero desde mi infancia con la Ola Verde del Laguna y ahora después de haber vivido angustias de permanencia y la alegría de triunfos y campeonatos con el Santos Laguna, de nuevo ruego me disculpen si me equivoco, pero esta columna está escrita con el cariño que se puede tener a los colores de un equipo, el que uno elige y se identifica y en el que se nace y se muere.
El partido de ida resulto doloroso, desconocíamos a un equipo de un reconocido y plausible orden táctico producto de un cuerpo técnico trabajador y sin aspavientos que al mando de Chepo vino a mostrar muy acorde al espíritu lagunero trabajo, orden, disciplina y coraje y además algo digno de resaltar confianza en los jóvenes. Las horas y días posteriores a la noche del miércoles fueron de cuestionamientos válidos, pero también de comentarios y reclamos que considere injustos y en lo personal dolorosos, nunca me ha gustado que llamen a mi equipo el "llantos" y menos cuando este apodo lo usan quienes se dicen sus seguidores o quienes viven en nuestra Comarca, abogue por mi equipo ante comentarios sarcásticos y pesimistas, me señalaron de iluso, pero igual que mi equipo no baje la guardia, la noche del sábado vestí y me prepare como para salir a la cancha, sude los 95 minutos que sentía que se me escurrían como agua entre las manos, viví minutos de esperanza y admití la derrota viendo con orgullo los rostros dolidos de los jóvenes Gael, Ulises, Sánchez y Arteaga, el coraje del Cali y la aceptación callada y dolorosa de los experimentados.
El equipo mostro lo trabajado a lo largo de toda la campaña, incómodo para cualquiera, con determinación para lograr revertir el pesado marcador con el que se viajó a Toluca y de este esfuerzo aplaudo la recuperación de la confianza en el compañero, del trabajo colectivo, la identificación por una causa y la lucha sin reservas por un objetivo, aplaudo y reconoceré el coraje y la entrega como estandarte de esta gran institución y seguiré alentando desde este espacio o el disponible esos colores verdiblancos que representan mucho en lo personal y para los habitantes de esta nuestra querida Comarca ¡Bravo Guerreros! Y ¡Bravos guerreros!
Y quiero hacer una mención especial para mi querido amigo el preparador físico del equipo el querido Guillermo Hernández, profesional de gran capacidad por su gran trabajo producto de años de experiencia que se reflejó en la cancha.
En otro tema muchas felicidades a los maestros en su día, en especial a mis queridos maestros en las aulas y en la vida Profesor Sergio Barrón Delgadillo y Dr. Enrique B. Olloqui Chávez, mis oraciones y el recuerdo para el profr, Luis Pompa González ¡Hasta la próxima!
