Reunión. El presidente chino, Xi Jinping (der.), saludó a Putin, en el Foro de Cooperación de las Nuevas Rutas de la Seda.
El presidente chino aseguró ayer domingo que su gobierno "no tiene ningún deseo de imponer" su voluntad a los demás, pero convocó a otros gobiernos a una "integración económica" y a la cooperación en los campos de la regulación financiera, el antiterrorismo y la seguridad, en un mundo donde China _como la segunda economía mundial_ busca convertirse en un actor cada vez más dominante.
Xi Jinping habló en Beijing durante su discurso inaugural de la conferencia "Cinturón y Ruta de la Seda" que durará dos días y a la que asisten los gobernantes de 29 naciones, entre ellos Vladimir Putin, de Rusia. La conferencia sirve como una plataforma de impulso a la llamada "Iniciativa de Cinturones y Carreteras", una ofensiva de Xi en política exterior. Representa un intento más del presidente chino para promover su imagen como líder mundial y defensor del libre comercio, en contraste con el presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien ha pedido restricciones a las importaciones en su país.
La iniciativa pretende vincular a China con gran parte de Asia, Europa y África y promete miles de millones de dólares para proyectos con los que Beijing podría aumentar su influencia global. La iniciativa requiere la construcción de puertos, ferrocarriles y otras instalaciones en un vasto arco de 65 países. Otros países han acogido la inversión con beneplácito, pero gobiernos como EU, Rusia e India han expresado su inquietud.