Los biodigestores son una efectiva alternativa de creación de energía y combustible, especialmente para zonas de bajos recursos. (ARCHIVO)
Los biodigestores son, por definición, contenedores de materia prima orgánica que producen biogás y biol. Esta materia prima puede consistir desde deshechos vegetales (como por ejemplo, cáscaras o restos de frutas y verduras) y alimentos en estado de putrefacción; hasta materia fecal de seres humanos o de vacas, cabras y ovejas.
Los seres humanos, como especie y como civilización, dependemos en gran medida de los combustibles fósiles. Sea para vehículos, energía eléctrica, o calentar comida y los hogares; se queman al año millones de toneladas de carbón, y millones de litros de gas y petróleo. Este acelerado uso no sólo afecta al medio ambiente, sino que también agota rápidamente nuestros recursos.
Es por eso que han surgido una gran cantidad de innovaciones e inventos tecnológicos que apuntan a reducir nuestra huella medioambiental nociva, aprovechar mejor los disponibles, y economizar la forma en que producimos nuestra energía. Una de estas tecnologías ha llegado en la forma de un biodigestor.
Los biodigestores son una efectiva alternativa de creación de energía y combustible, especialmente para zonas de bajos recursos.
Estos deshechos orgánicos con los que se trabaja, son diluidos en agua y vertidos en un recipiente hermético e impermeable, y se transforman gracias a la acción de microorganismos bacterianos anaerobios (que no requieren oxígeno para sus funciones biológicas), quienes a su vez los convierten en compuestos que pueden usarse para la generación de energía y el mejoramiento de las producciones agrícolas.
Este método es una de las formas de recolectar combustible más ecológicas que existen. No sólo se hace un uso productivo de lo que es básicamente basura para nosotros, sino que el biogás y el biol son sumamente eficientes en sus respectivas aplicaciones y resultan muy poco dañinos al ambiente.
El biogás generado es rico en gas metano, uno de los compuestos gaseosos naturales más efectivos en la generación de energía; mientras que el biol es un líquido rico en elementos como nitrógeno, fósforo y potasio. Estos elementos son altamente valiosos en agricultura, pues actúan como potentes fertilizantes y abonos. Además, gracias a la acción digestiva de las bacterias anaerobias, el biol no tiene el desagradable olor de las heces que lo generaron y no contribuye a la proliferación de moscas.
Esta tecnología también es muy valiosa por su relativamente bajo costo y poca dificultad de construcción. En marzo, un estudiante de la Universidad Tecnológica Mixteca, en Oaxaca, desarrolló un prototipo de biodigestor para proveer energía de bajo costo a comunidades de bajos recursos.
