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¿EMPRESAS PREPARADAS?

LAURA ITURBIDE GALINDO

El mundo se encuentra inmerso en una vorágine de cambios que suceden sin precedente, a la cual se le denomina de diferentes formas: automatización, inteligencia artificial, robótica, Internet de las cosas, impresión 3D, nanotecnología, computación cuántica, transformación digital o simplemente cuarta revolución industrial. Esto es, una profunda transformación tecnológica que se fusiona en múltiples facetas de la vida, tanto de personas como de empresas. La pregunta es ¿qué estamos haciendo ante dichos cambios?

Más que nunca las empresas deben revaluar su modelo de negocio, porque la obsolescencia es más rápida con el desarrollo de nuevas tecnologías que puede dejarles, en un abrir y cerrar de ojos "fuera del mercado". Jack Welch, ex CEO de General Electric, lo expresaba así "cuando el ritmo de cambios dentro de la empresa es superado por los de fuera, el final está cerca".

La apuesta por la ventaja competitiva y el reconocimiento de "que me hace diferente de los demás", sigue siendo válida, sólo que ahora los cambios han tomado un dinamismo inusitado.

El "business as usual" es cosa del pasado porque el mercado es diferente, porque los consumidores están más informados y son más exigentes, premian la responsabilidad social corporativa y castigan la falta de transparencia y el daño ecológico, porque las cadenas de valor han cambiado, ya que clientes y proveedores están muy cercanos con el surgimiento de plataformas, condición que no debe pasarse de alto en la estrategia de negocio, porque el consumidor co-crea con la empresa para tener los productos o servicios a la medida de sus necesidades, en fin por un sinnúmero de razones.

Es por ello que las empresas deben de estar atentas a ciertas acciones, si no quieren quedarse fuera del negocio, se pueden mencionar tres muy importantes, a saber:

* El manejo y uso de datos. La información es poder, pero demasiada información sin pensamiento crítico y analítico, es desinformación a la postre, de ahí la diferencia entre un ser humano y una máquina.

Tener al alcance datos confiables, en tiempo real, es invaluable, luego el procesamiento y la interpretación es otro asunto. Aprender de los datos para la implementación, para entender al cliente y luego al producto o servicio a proporcionar.

En este ámbito la ciber seguridad y la integridad en el manejo de los datos son incuestionables.

La apertura al cambio y la innovación. La estructura de la empresa debe ser lo suficientemente flexible, para estar dispuesta y con actitud abierta al cambio. El intraemprendimiento debe estar hoy en el DNA de las empresas, y sus colaboradores deber de ser agentes de innovación. Los ambientes laborales deben de ser propicios para ideas disruptivas y ser abiertos en un proceso de franca colaboración, ya que gran parte del cambio puede provenir de fuera de la empresa, de la sabiduría de las masas ("crowdwisdom"). Innovación rápida y ágil, probando constantemente en el mercado y no con suposiciones de gabinete, con un modelo en un lienzo de papel ("canvas") que será ajustado hasta llegar a un producto o servicio "mínimamente viable", tal y como sugiere la metodología "lean" de emprendimiento: "ir corrigiendo en función de la realidad".

* La agudeza tecnológica y el capital humano, como imperativos. La tecnología implícita en el negocio será de vital importancia para la supervivencia del mismo, como también lo serán las competencias y habilidades del personal para su manejo.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México casi la mitad del universo empresarial, dice no contar con el personal calificado requerido.

La vinculación empresarial con los centros tecnológicos y universidades es más que nunca necesaria, para el desarrollo de investigación y prototipos, pero también para cerrar las brechas de habilidades y competencias requeridas.

No sólo se trata del logro de tecnologías de prueba y simuladores, pero también de atributos técnicos en el personal, como de "soft skills" como la creatividad, la tolerancia al fracaso y la inteligencia social para la formación de equipos de alto desempeño. El costo de la búsqueda de talento, rotación, falta de productividad y curva de aprendizaje, pueden ser muy onerosos para las empresas y restarles competitividad.

Estamos ya en las pruebas de vehículos autónomos y en la antesala de tecnología virtual para la elaboración de componentes de forma remota, vía impresión 3D, o sea de la democratización de la producción en el mundo ¿estamos preparándonos para ello? La sabiduría dicta que hay que anticiparse al cambio, antes de estar obligado hacerlo, o bien, desaparecer.

Directora del Instituto Desarrollo Empresarial Anáhuac y Coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.

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