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'Si no es sí, es no'

¿Qué es y qué no es el consentimiento sexual?

Foto: Project Consent

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JESSICA AYALA BARBOSA

Muchas personas creen que el hecho de estar involucradas en una relación sentimental las compromete a acceder a todas las propuestas de su pareja en materia de interacción sexual.

Dada la importancia que el ejercicio libre y pleno de la sexualidad tiene para el desarrollo integral de una persona, así como de su vida en sociedad, desde finales de los años noventa se promueve a nivel mundial la Declaración de los Derechos Sexuales aprobada por la Asociación Mundial de Sexología (AMS) en 1999.

Los 11 preceptos que dicho documento enlista están basados en ideales universales, como la libertad, la dignidad y la igualdad, que deben reconocerse, promoverse, respetarse y defenderse en todas las sociedades.

Aunque en México los derechos sexuales están respaldados por un marco jurídico nacional e internacional, la verdad es que muy pocas personas los conocen, ya que los esfuerzos del Estado por difundirlos y hacerlos valer son insuficientes.

Todo esto provoca una serie de situaciones que están dando pie a problemas sociales como la violencia y la impunidad que suelen agravar los delitos sexuales.

La existencia de un marco regulatorio para aspectos relacionados con el ejercicio de la sexualidad -es decir, las normas y no las creencias o los usos y costumbres- debería ser el punto de partida a la hora de abordar temas como el que hoy nos atañe: el consentimiento sexual.

¿QUÉ ES Y PARA QUÉ?

Puede definirse como la aceptación de lo que una persona quiere hacer en la intimidad. Cada individuo tiene derecho a decidir si acepta o rechaza la invitación de otro u otros, de tal forma que se concreten prácticas consensuadas en las que ninguna de las partes se haya sentido presionada o forzada.

El consentimiento está directamente relacionado con los dos primeros puntos de la declaración elaborada por la AMS: los derechos a la libertad sexual y a la autonomía, integridad y seguridad del cuerpo.

El primero abarca la posibilidad de la plena expresión del potencial sexual de los individuos, excluyendo toda forma de coerción, explotación y abuso sexuales en cualquier tiempo y situación de la vida. El segundo hace referencia a la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la propia vida sexual dentro del contexto de la ética personal y social, e incluye la capacidad de control y disfrute de nuestros cuerpos, libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo.

El hecho de que el sexo siga siendo un tema tabú en la sociedad mexicana puede generar una serie de malentendidos que contribuyen a trivializar o normalizar los agravios y/o agresiones, es decir, a perpetuar la cultura de la violación. De ahí la importancia de promover la difusión de los derechos sexuales y lo que es el consentimiento.

Muchas personas creen, por ejemplo, que el hecho de estar involucradas en una relación sentimental las compromete a acceder a todas las propuestas de su pareja en materia de interacción sexual, cuando lo cierto es que ningún tipo de relación o estatus legal, llámese noviazgo o matrimonio, obliga a ninguna de las partes a tener sexo no consensuado. Todo lo que ocurre sin aprobación se constituye como una violación.

El respeto, la confianza y la comunicación son esenciales y resultan más que importantes a la hora de ir a la cama. Los pares deben sentir la confianza de expresar si desean o no ayuntar, dónde y cómo. Asimismo, están obligados a respetar la decisión del otro; de lo contrario, estarán incurriendo en una violación de sus derechos y tendrán que afrontar las consecuencias legales.

Lo mismo aplica para el sexo ocasional o con los llamados amigos con derechos o 'amigovios'. No importa el tipo de relación que exista entre las personas, el grado de flirteo que hayan alcanzado o el número de veces que hayan copulado con anterioridad; si alguno se muestra renuente o no está lo suficientemente consciente como para decidir si quiere o no tener sexo, ningún tipo de interacción íntima debe tener lugar. Más aún, si así lo quiere, uno de los participantes puede retirarse del acto sexual en cualquier momento.

CUÁNDO ES SÍ Y CUÁNDO ES NO

El asunto del consentimiento es algo que no a todos les queda claro a la primera. Para muchos no es imprescindible obtener un 'sí' o un 'no' de parte de la pareja y ni siquiera preguntan; piensan que en estos menesteres la aceptación ya va implícita. Para otros resulta insuficiente escuchar el no y algunos más argumentan que la negativa nunca salió claramente de la boca y así se excusan de cualquier agresión. No todos comprenden que la falta de disposición no siempre se expresa con un 'no'.

Para quienes tienen ese tipo de confusiones existen campañas como Project Consent (Proyecto Consentimiento). Lanzado en 2014 en Canadá, se ha hecho viral gracias a una serie de videos animados que ensalzan una premisa muy sencilla: 'si no es sí, es no'. Define la cultura de la violación como una epidemia mundial donde las agresiones son trivializadas o menospreciadas.

Creemos que las cosas pequeñas son las más omnipresentes y las que permiten que el asalto sexual se pase por alto sin ninguna repercusión seria. En lugar de aceptar esta forma de pensar, abogamos por un futuro mejor en el que la agresión sexual se condena sin reconsideraciones,señalan en su portal.

La serie de videos de Project Consent que se viralizó el año pasado, disponible en YouTube, consta de tres spots que muestran a unos personajes animados con forma de genitales y otras partes del cuerpo representando situaciones que ayudan a aclarar lo que es y no es consentimiento.

En el primero, un trasero (sin género especificado) observa a un pene que pasea y silba tranquilamente. En algún momento el varonil instrumento pretende penetrarlo; el trasero se niega con una contracción. El pene entiende la negativa, respeta la decisión y se marcha silbando.

En el segundo video un seno y una mano ríen alegremente y en una pausa, la mano aprovecha para posarse encima del otro, pero este inmediatamente expresa incomodidad, la mano se retira y pide disculpas.

En el tercer video una vagina y un falo bailan animadamente al ritmo de la música, luego el miembro se acerca un poco más a su pareja con la claro intención de hacer de las suyas, pero ante la exclamación “¿¡Hey!?”, que espeta la vagina, desiste de hacerlo y reconoce que ha cometido un error.

Los tres videos concluyen con la leyenda “El consentimiento es simple. Si no es sí, es no”. Aplica siempre y para ambos géneros.

Twitter: @gsi_k

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