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Dolor al sur del cuerpo

Un hueso que se alivia caminando

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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DR. FABIO PÉREZ VÁZQUEZ

Una lesión en los ligamentos o el disco vestigial que conectan al cóccix con el sacro produce malestar. En raras ocasiones, el último hueso de la columna puede fracturarse.

El coxis es el hueso que se ubica más al sur de la columna vertebral. Hablar de él es abordar una parte muy sensible de la que surge un dolor de consideración cuando, por ejemplo, todo el peso del cuerpo recae en esa zona.

Sin un tratamiento y sin los cuidados adecuados, las molestias tardan un tiempo nada corto en remitir toda vez que fibras nerviosas de la médula espinal llegan hasta ese punto de la anatomía humana.

Los males de ese hueso ubicado debajo del sacro comparten síntomas bastante específicos: dolor en la región baja de la espalda, molestias al sentarse, dolor o entumecimiento en los brazos o las piernas y un abultamiento que se puede sentir u observar. El indicio más común es el rostro dolorido del paciente cuando se ejerce presión sobre el área afectada.

Entre los padecimientos más comunes que aquejan al cóccix se encuentra la coccigodinia, una condición que se caracteriza por la sensación desagradable en el hueso o en la zona que lo rodea.

Los investigadores médicos no han dado con una causa específica que ocasione este malestar. Se considera que en su aparición participan factores como traumatismos producto de caídas o del trabajo de parto, movilidad excesiva de la rabadilla, infecciones, tumores y fracturas.

Manifestaciones frecuentes de la coccigodinia son sentir dolor, uno severo, al cambiar la posición del cuerpo, percibir dolencias en uno de los pies al momento de hacer del baño y sufrir dolores en el coxis durante las relaciones sexuales. Las señales disminuyen si el paciente camina, andar ayuda a eliminar la presión en la zona afectada.

Por el contrario, las molestias se intensifican al estar sentado o adoptar posturas que ponen presión sobre el hueso. Puede suceder que los síntomas empeoren con el estreñimiento y se reduzcan con la evacuación. La aparición de hematomas y la sensación de entumecimiento en la rabadilla y los glúteos son más signos comunes de coxigodinia.

Otro padecimiento, uno que no es frecuente, es el cordoma, un raro cáncer óseo. Este se produce a lo largo de la columna vertebral, desde la base del cráneo hasta el hueso en cuestión.

Los especialistas médicos estiman que la incidencia de este problema es de un caso por cada millón de personas al año. Si bien afecta a individuos de cualquier edad, suele presentarse con mayor frecuencia cerca de la tercera década de vida. Los varones son más propensos a ser afectados.

Los pacientes diagnosticados suelen tener una esperanza de vida de siete años, se trata de un tumor de lento desarrollo. Los tratamientos convencionales incluyen la cirugía y la radiación.

Otra alarma del coxis es el quiste pilonidal, afección poco común que consiste en una fosa en el bolsillo de la piel que recubre el hueso, cerca de la parte superior de la hendidura de las nalgas. Estas formaciones anómalas son más comunes en los adultos jóvenes y a menos que se infecten son inofensivas. Si el peor de los casos se presenta y la infección aparece, el paciente puede desarrollar un abceso pilonidal, lo que se traduce en una acumulación de pus en el tejido graso que exige un drenaje quirúrgico.

No hay establecida una causa definitiva que favorezca la aparición de estos quistes. Algunos expertos consideran que la genética y pelos encarnados son factores que intervienen.

Los síntomas frecuentes en el peor de los escenarios son: dolor, fiebre, hinchazón en el área del coxis, el drenaje de pus o sangre una vez que se realiza un corte en la piel.

Cuando un médico no es capaz de determinar cómo surgió la afección del último hueso de la columna, ni ha establecido qué partes de la anatomía están vinculadas con la aparición de la desagradable sensación, y si el dolor aparece y se marcha sin que sea evidente la causa de la dolencia, entonces se denomina al malestar como una coccigodinia idiopática.

Frente a casos así, los profesionales de la salud no tienen más alternativa que limitarse a lidiar con los síntomas.

Al hablar de qué partes de la anatomía intervienen en provocar que duela el coxis hacemos referencia a un exceso de presión en la zona que puede ser producto, por ejemplo, de que los huesos se muevan más allá de su rango normal, el cual es muy limitado.

Ese juego óseo da lugar a una inflamación y al dolor. Una lesión en los ligamentos o el disco vestigial que conectan al cóccix con el sacro produce malestar. En raras ocasiones, el último hueso de la columna puede fracturarse.

Por su ubicación, el coxis esta sometido a muchas tensiones de toda la musculatura que integra el suelo de la pelvis. En las mujeres dicha musculatura varía mucho a lo largo de la vida de manera que el hueso postrero de la espalda puede verse afectado con facilidad.

Los exámenes para diagnosticar problemas incluyen la exploración de la columna vertebral por medio de una tomografía computarizada, radiografías, y la resonancia magnética nuclear.

Los traumatismos que afectan a esta parte de la estructura ósea suelen manifestarse con la forma de hematomas y ligamentos distendidos. Una caída sobre una superficie dura es la causa más común. La repetición de algún ejercicio o actividad de la que se pueda derivar presión, como montar a caballo o ir en bicicleta, son otros factores de riesgo.

Otra situación que puede afectar al último hueso se presenta durante los partos. Cuando nace un bebé su cabeza pasa por encima de la parte superior del cóccix y puede lesionar la estructura, los discos, los ligamentos.

Para aliviar el dolor de esta sensible parte del cuerpo humano se recomienda guardar reposo; aplicar hielo para reducir la inflamación; tomar analgésicos y retomar la actividad física una vez que la dolencia comience a disminuir.

También es usual instruir al paciente para que utilice un cojín especial, soportes de gel o goma que tienen forma de aro, que sirva como base de apoyo y evite presionar el coxis.

En cuanto a las medidas preventivas, hablamos de evitar estar sentado durante mucho tiempo, no sentarse sobre superficies duras, llevar una dieta con fibra para evitar el estreñimiento y beber muchos líquidos.

Contacto: [email protected]

Foto: Fisoterapia para todos
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