Columnas la Laguna

METÁFORA CIUDADANA

A MÁS JUSTIFICACIONES, MAYOR CULPABILIDAD

Dr. Luis Alberto Vázquez Álvarez Ph.D.

Abril de 1945 Heinrich Himmler, jefe de las SS, de la Gestapo y responsable de los campos de concentración donde murieron millones de judíos; poderoso jerarca del III Reich, apenas detrás de Hitler, al darse cuenta que la guerra estaba perdida, busca negociar con los aliados. Frente a ellos intenta demostrar que él no ha sido tan malo como le pintaban y ansiaba lograr su salvación, aun a costa de traicionar a Hitler. Al no lograr acuerdo alguno y tras caer Berlín, decide escapar marchando a pie disfrazado de simple soldado; tal como lo hacían miles de excombatientes. A diferencia de todos los demás alemanes que huían de las devastadas ciudades, el 21 de mayo fue arrestado en Bremervörde; al levantar fuertes recelos por portar cinco identificaciones que buscaban demostrar que él era un simple sargento; algo totalmente inusual, ya que prácticamente ninguno de los otros refugiados poseía identificaciones. Si Himmler no hubiese sido tan soberbio de tratar de demostrar que no era quien era, tal vez hubiese escapado como Eichmann o Mengele. El exceso de justificaciones provocó suspicacias, fue detenido y dos días más tarde identificado plenamente; se le trasladó a Westertimke donde se suicidó.

Siempre ha resultado altamente sospechoso que un hombre público busque presentarse como alguien diferente a como se le conoce; ofreciendo demasiadas comprobaciones, incluso, más allá de las que la misma ley exigiría en su caso, ello evidencia que lo que busca es eliminar por todos los medios, presunciones de su participación en acciones ilegales e inmorales. Pero más conjeturas y hasta funestos presentimientos se generan cuando un candidato trata de demostrar que no es corrupto y presenta muchas justificaciones. Más luego estas resultan incompletas, mencionan bienes, pero no su valor y tamaño; se omiten propiedades ligadas a la familia y, por otro lado, él se pavonea con artículos personales de cuantiosa valía como joyas, relojes y autos de lujo; entonces: ha llegado el momento de cuidarse, más allá de dudar.

Ostentarse acaudalado portando alhajas muy costosas tiene varias lecturas: que el dueño no cree poseer méritos por sí mismo y por ello requiere de joyas para que parezca que él vale mucho; típico de los antiguos pobres que de pronto se vuelven ricos y quieren mostrar sus posesiones; por eso "se cuelgan, =como dicen las comadres=, hasta el molcajete"; la gente talentosa no necesita adornos para brillar. También puede significar un desprecio hacia los demás, exhibiendo que ellos no tienen lo que él posee y si lo realiza en eventos públicos, significa que requiere de pompa y boato hacía su persona; porque todo mundo sabe qué sobre ese individuo, hay otros más poderosos que lo conducen y él hace lo que una voluntad superior le ordena. También la ostentación es un desprecio a la pobreza, la que seguramente es consecuencia de la riqueza del ostentoso, es decir, que aquel se hizo rico pauperizando al otro, en especial, al pueblo, por lo tanto, se trata de un político.

Torreón sigue siendo una comunidad pequeña, aunque como ciudad ha crecido, las familias siguen siendo conocidas y fácilmente se sabe de donde proviene tal o cual personaje; no se puede ocultar el "pedigrí" de X colonia, donde su familia ha vivido muchos años, la escuela a la que se inscribió, independientemente de si terminó o no la carrera y si obtuvo el título con esfuerzo propio o haciendo regalos políticos al director escolar de su época. Por ello, es fácil encontrar las raíces de la riqueza de alguien; máxime cuando las consiguió en puestos públicos y su modus vivendi se ha catapultado con vertiginosa carrera política y luego quiere justificar su poder económico como si acaso fuese el rey Midas, quien convertía en oro lo que tocaba.

Esta es la ruta del nuevo PRI; el de las casas palaciegas, de los relojes suntuosos, de los autos hiperlujosos; el que ha convidado de su procaz imperio al PAN; al ya casi desaparecido PRD, así como al insolente vividor MORENA. Las preguntas que truenan nuestros cerebros son: ¿Cuál dinero es más sucio? ¿el del crimen organizado?; ¿el de las empresas beneficiadas y/o fantasmas? ¿el guardadito del erario y entregado al partido de gobierno junto con artículos para desastres buscando mantener el poder a toda costa? o ¿el que proviene de otras entidades y secretarías u organismos federales? Todos esos recursos son igualmente corruptos; por ello en Coahuila no surgirá un auténtico Sistema Local anticorrupción, emergerá, ya con muerte uterina, una parodia liderada por la voluntad suprema del dios ejecutivo.

En estas campañas electorales que apenas cumplen una semana, se presenta la llamada "Alegoría de la alegoría" cuando la oposición acepta la corrupción al decir "toma lo que te den y luego vota por mí". Esta figura retórica es un espejo que traslada lo que es con lo que no es, y coloca tanto al original como a la copia en la misma podredumbre. Sin embargo, la miseria real de decenas de millones de mexicanos, obliga a esconder la dignidad para comer.

¿Será Coahuila irredimible? Para que presumir un 5 de 5 si existen infinidad de artilugios y artimañas como la triquiñuela de tener operadores políticos disfrazados de directores municipales. Himmler iba a ser juzgado internacionalmente al igual otros criminales nazis, pero aquí en México, nada pasa; todo se olvida y todo se perdona: "Borrón y cuenta nueva" como pidió Ochoa, el del PRI.

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