REFRANERO DEL QUIJOTE

EL QUIJOTE II, 49

En el capítulo 43 de la segunda parte de El Quijote, según vimos ayer, Cervantes pone en boca de Sancho Panza el refrán: "haceos miel, y paparos han moscas", y en el capítulo 49 dice también Sancho: "haceos miel, y comeros han moscas", que es como se decía este refrán en tiempos del genial autor, y no como lo cita en el capítulo 43. O bien: "Quien miel se hace, moscas le comen", según lo cita Gonzalo Correas en 1627.

Ya instalado como gobernador, Sancho tiene no pocos enfrentamientos. En particular se queja amargamente de los negociantes. Y de manera especial del doctor Pedro Recio Agüero de Tirteafuera, su médico, quien con el pretexto de cuidarle la salud somete a Sancho a una dieta tan rigurosa que lo hace estallar, y finalmente renunciar al cargo.

Sancho se dirige al doctor de manera enérgica y le reclama por la forma en que le tiene prácticamente sin comer. Entre otras cosas le dice: "no se burle nadie conmigo, porque somos o no somos; vivamos todos y comamos en buena paz y compañía, pues cuando Dios amanece, para todos amanece. Yo gobernaré esta ínsula sin perdonar derecho ni llevar cohecho, y todo el mundo traiga ojo alerta y mire por el virote, porque les hago saber que el diablo está en Cantillana y que si me dan ocasión, han de ver maravillas. ¡No, sino 'haceos miel, y comeros han moscas!'"

¿Qué quiso decir Sancho? Que bien sabe que se abusa de quien los demás ven débil o blando. Hacia 1660, Luis Galindo escribió sobre este refrán lo siguiente: "Ironía con que se advierte a los prelados y padres de familias que la blandura demasiada es dañosa en el gobierno y que la dulzura de condición ocasiona atrevimientos en los súbditos".

Aconseja pues el refrán que la bondad o condescendencia no acabe en apocamiento.

J.A García Villa

@jagarciavilla