El secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, ya explicó en su reciente visita a Seúl que Washington está dispuesto a aumentar la presión sobre Pyongyang. (AP)
Corea del Sur celebró hoy las nuevas sanciones aprobadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre Corea del Norte por el persistente desarrollo de su programa nuclear y de misiles, en lo que ha supuesto el primer castigo de la era Trump contra Pyongyang.
Las sanciones afectan a once personas y a una entidad que operan en Cuba, China, Rusia y Vietnam y trabajan para aportar "apoyo financiero o servicios de adquisición de armas de destrucción masiva a entidades sancionadas por la ONU o EU", según ha explicado el Tesoro estadounidense.
"Es un mensaje de advertencia de lo más claro", subrayó hoy un portavoz del Ministerio de Exteriores surcoreano a la agencia Yonhap.
Seúl celebra esta decisión porque "viene a recordarle a Pyongyang que su única opción solvente es la desnuclearización", añadió.
El secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, ya explicó en su reciente visita a Seúl que Washington está dispuesto a aumentar la presión sobre Pyongyang, en comparación con la estrategia de la era Obama, si persiste en el desarrollo de armas de destrucción masiva.
Como resultado de la medida, los activos o propiedades que esos 11 individuos puedan tener bajo jurisdicción de Estados Unidos quedan bloqueados, al tiempo que se prohíbe a los ciudadanos estadounidenses cualquier transacción con los sancionados.
El Gobierno estadounidense también decretó las mismas sanciones contra la compañía Paeksol Trading, una entidad comercial con sede en Corea del Norte, que "vende metales y carbón a China para beneficio del Gobierno norcoreano y su Partido Comunista".
Estas sanciones llegan poco después de que Pyongyang lanzara en marzo cuatro misiles de alcance medio al Mar de Japón en respuesta a las maniobras conjuntas anuales que Seúl y Washington llevan a cabo en suelo surcoreano.
También se produce en un momento en el que se cree que el régimen de Kim Jong-un podría estar preparando una nueva prueba nuclear en su base atómica de Punggye-ri así como el futuro lanzamiento de un misil balístico intercontinental.
