Columnas Social

Las palabras tienen la palabra

Juan Recaredo

Algunas expresiones muy nuestras

¿Quiobo?, es un saludo muy mexicano, muy al estilo de nuestra manera de hablar entre gente de confianza. ¿Quiobo? ¿Qué significa eso de quiobo? Pues es una forma de decir: ¿qué hubo?, una pregunta que usamos con frecuencia en México para decir: ¿Qué hubo? ¿Qué ha habido? ¿Qué ha pasado? Es un cierto tipo de saludo de los mexicanos para los mexicanos.

Así como ésa, hay muchas expresiones muy propias de la gente de nuestro suelo. Cuando estamos muy contentos con algo que sucede o que se presenta ante nuestros ojos, decimos: ¡qué padre!, que es como decir: ¡fantástico!, o ¡magnífico!, y esto lo decimos principalmente entre cuates… Ya vé que nosotros a los amigos muy amigos les decimos cuates, y eso significa que los consideramos casi como si fueran hermanos gemelos.

No es raro que los muchachos le digan morros a otros chavos y morras a las chicas. Entonces, un chavito, es decir, un niño, pues es un morrillo que no tiene relación alguna con el morrillo, que es la porción carnosa que las reses tienen en la parte superior del pescuezo. Además, los chavitos ya no le dicen mamá a su mamá ni papá al jefe de la casa, sino que abrevian la palabra y ahora los padres son ma y pa.

La pachocha es la lana, es decir, el dinero. La talacha es el trabajo, la tarea, especialmente si es trabajo rudo: ¿quiobo, qué estás haciendo, cuate? Pues aquí como me ves, haciendo talacha. Y a la llovizna, cuando es muy fina, sobre todo cuando es muy insistente, le llamamos chipi chipi, que no sé si es correcta o no, pero por supuesto que el vocablo es muy descriptivo.

Ahora, déjeme decirle algo con toda discreción: yo conozco a muchos homosexuales, incluso puedo decir con claridad que tengo buenos amigos que tienen preferencia sexual por gente de su mismo sexo, y algunos son gente muy respetable y respetada. Sin embargo, parece que nos complacemos diciéndolos apodos feos y no tan feos, pero también muchas veces son crueles porque ridiculizan una situación que puede muy bien no ser voluntaria.

A estos muchachos (y muchachas) que nacieron con el género equivocado, les decimos por lo menos invertidos, volteados o raritos. Y digo por lo menos porque la mayoría de los apodos que les adjudicamos son grotescos: a ese chavo, decimos, se le cae la mano, es un cacha granizo (porque si trae la mano volteadita, pues parece que está tratando de cachar un granizo imaginario).

Luego, decimos que ese muchacho rarito "es una loca" o que le gusta el arroz con popote o la pepsi cola hervida o de plano que son "del otro bando", que son jotitos, maricones o jotorrones. También, hay quien les dice los 41 por una leyenda del hijo de un político destacado que fue descubierto en una fiesta "gay" donde había 41 muchachos en una desenfrenada francachela, dándole gusto a sus especiales preferencias sexuales.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

La cancion llamada "Maquina 501", en una de sus partes dice: "El fogonero le dice: Jesús vamonos apeando…", y yo le pregunto a usted: ¿qué quiere decir "apeando"? Sergio Elizalde.

RESPUESTA:

Apearse es bajarse... El fogonero tenía miedo porque el carro de atrás ya se les estaba quemando y quería bajarse del tren, pero Jesús García decidió seguir para salvar a toda la gente y así sólo murió él, por eso se le considera un héroe, el héroe de Nacozari.

Reflexión polìtica patra terminar: Cuidado con un gobierno que dice ser lo suficientemente grande para darte todo lo que quieres, puede ser que también lo sea para quitarte todo lo que tienes. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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