Mírate en el espejo, abre la boca, saca la lengua…

El cuerpo humano está expuesto a sufrir diferentes tipos de enfermedades dependiendo de muchos factores, como hábitos, antecedentes genéticos, exposición a riesgos, etc. Una de las enfermedades con mayor nivel de mortandad es el cáncer, del cual se detectan 190 mil casos al año en nuestro país, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

Los tipos de cáncer que más afectan a los mexicanos son la leucemia, el cáncer de hígado, el cervicouterino, de mama, púlmón, próstata y linfomas. Pero hay otro tipo de cáncer que también puede afectar al organismo, se trata del cáncer de lengua, poco frecuente en el país y en nuestra región, pero presente en la lista de padecimientos que debemos prevenir.

“El cáncer de lengua es una enfermedad maligna, ocasionada por alteraciones en la anatomía de las células, las cuáles se van degenerando y provocan fallas en el funcionamiento del órgano. Se trata de una enfermedad con incidencia muy baja en México”, explica el médico Héctor Valdés Gutiérrez, especialista en Otorrinolaringología.

El cáncer de lengua está muy relacionado con los hábitos de las personas: tabaquismo, alcoholismo, cambios en la conducta sexual y enfermedades de transmisión sexual como el Virus del Papiloma Humano (VPH). Además de otro tipo de enfermedades a nivel oral que provocan lesiones, las cuales pueden degenerar en cáncer.

“Los grupos de mayor riesgo para padecer cáncer de lengua son los hombres mayores de 50 años, así como los pacientes inmunodeprimidos, porque padecen otra enfermedad como la diabetes o el lupus eritematoso sistémico. También quienes han sido sometidos a quimioterapias, sufren de desnutrición o tienen hábitos nocivos como el alcoholismo o el tabaquismo”.

Lesión característica

El médico explica que no existe una sintomatología de este tipo de cáncer, más bien es una signología, pues aparece en la lengua una lesión llamada leucoplasia, y para detectarla es importante la autoexploración. “Se trata de una lesión blanquecina, lisa o corrugada que aparece en las paredes de la boca o en la lengua. Prácticamente no hay molestias, por eso se detecta tardíamente”.

Aclara que no debe confundirse con la coloración que adquiere en ocasiones la lengua provocada por una enfermedad digestiva. “Si la persona ve una lesión blanquecina, engrosada, en cualquier parte de la cavidad oral, lengua o carrillos, inmediatamente debe acudir con su médico para confirmar si es una leucoplasia, y el médico lo canalizará con el especialista”.

El médico especialista debe corroborar el diagnóstico inicial y practicar una biopsia, pues el diagnóstico es histopatológico, es decir se analiza el tejido orgánico para conocer el tipo de células que existen en él.

Estadificación

La estadificación del cáncer de lengua, su gravedad y extensión en el organismo, se establece de la siguiente manera:

T0 No hay evidencia.

T1 Hay una lesión pequeña.

T2 Existe una lesión menor de 2 centímetros.

T3 Hay una lesión de 2 a 4 centímetros.

T4 La lesión tiene 4 centímetros o más y hay ganglios regionales.

Si la lesión se establece en T1 o en T2, se realiza una escisión, se extirpa por medio de cirugía la lesión. Si hay presencia de ganglios regionales, se procede a un tratamiento con radioterapia o quimioterapia.

Si bien, el cáncer de lengua no es agresivo, es necesaria la prevención. “Debemos tener en cuenta que la prevención de las enfermedades es muy importante. En el caso del cáncer de lengua, la prevención consiste en la autoexploración y en realizarse revisiones dentales frecuentes, si se detecta una lesión de color o forma extraña, se debe acudir inmediatamente al médico. En México, estamos muy acostumbrados a acudir al médico cuando hay dolor, si no hay dolor, el paciente no acude. Por eso, cuando deciden ir a una revisión, muchas veces ya es tarde. El cáncer es curable gracias a la prevención”, finaliza el médico.

“Si la persona ve una lesión blanquecina, engrosada, en cualquier parte de la cavidad oral, lengua o carrillos, inmediatamente debe acudir con su médico”.

Héctor Valdés Gutiérrez,

especialista en Otorrinolaringología.