Sus millones de seguidores la salvaron y convencieron a las autoridades. (INTERNET)
La modelo y presentadora de televisión rusa Victoria Bonya fue detenida en el aeropuerto de Los Ángeles, en Estados Unidos, por varias horas, siendo acusada de ser espía para su país.
"¿Eres miembro de los servicios secretos?", fue una de las preguntas que recibió la mujer de 37 años, a quien la sometieron a varios interrogatorios y amenazas de deportación, según escribe el ‘New York Post’.
Al final, fue por sus millones de seguidores en sus cuentas de redes sociales, 1.9 millones en Twitter y 5 millones en Instagram, que las autoridades la dejaron ir. Sobre qué fue lo que levantó sospechas, al parecer, una tarjeta de una empresa que fabrica cámaras de video que se encontró dentro de su equipaje.
"En vez de hacerme preguntas reales, los oficiales decidieron hablar sobre el presidente Vladímir Putin. Eso no fue todo, luego vinieron los comentarios sobre la KGB. Comencé a reírme, pensé que era una broma hasta que me lo preguntaron por tercera vez. Creí que iban a deportarme ", explica la misma Bonya en su cuenta de Instagram.
