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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

De lo propio a lo común Se les llama nombres genéricos. Empezaron siendo nombres propios y con el uso se convirtieron en comunes.

En muchos casos, fueron marcas registradas, pero en un momento determinado, llegaron a significar incluso productos de fabricantes competidores. Ese es el caso de los muñecos de sololoy.

En los años cincuenta, se oía mucho en México esa expresión del “muñeco de sololoy”, y todavía hay quien la recuerda y se pregunta: ¿qué es o qué era eso? Lo único que se sabe comúnmente es que “un muñeco de sololoy” era una persona muy agraciada, con rasgos fisonómicos casi perfectos.

Por aquellos años, tuvieron un gran auge comercial las primeras fibras plásticas.

Entiendo que la constitución química de estas fibras se representa en forma parecida a la de una célula. Por esa razón, se le llamó celuloide, que significa precisamente que tiene forma “parecida a la de una célula”.

Uno de los primeros fabricantes registró su producto con la marca Celulloid, que en español significa celuloide (lo sospeché desde un principio).

Con el uso, el habla popular convirtió la marca Celulloid primero en Celuloy y después en Sololoy, para referirse a esa fibra plástica.

O sea, que un muñeco de sololoy es lo que ahora llamaríamos simplemente un muñeco de plástico.

Caso similar es el del celofán, papel transparente de diversos colores que se usaba para envolver, y también el de la baquelita, otra fibra plástica que adoptó como base el nombre de su inventor, el belga Leo Hendrik Baekeland.

Así sucedió también con el bendix, un dispositivo del automóvil que fue fabricado originalmente por un tal Vincent Bendix, quien era el propietario de una empresa dedicada a la fabricación de autos, lavadoras y otros aparatos.

¿Qué es y para qué sirve el bendix? En un auto, para hacer que empiece a funcionar el motor, hay que darle unas cuantas vueltas para que “agarre su paso”, lo que antes se hacía manualmente con una palanca, lo que se decía era “darle cranc”. Ahora, hay un motorcito eléctrico que hace esa función, la de darle unas cuantas vueltas al motor del coche para que empiece a trabajar.

Para que el motorcito de arranque haga su trabajo, hay que conectarlo a través de engranes con el motor del auto; eso ocurre cuando usted acciona la llave, pero tan pronto como el motor del coche ya encendió, hay que desconectar de inmediato el motorcito de arranque para que no se dañe.

El bendix es un dispositivo que, cuando el conductor acciona la llave, empuja unos engranes para que el motorcito de arranque se conecte al motor del coche y lo haga girar, y cuando éste ya arrancó, el conductor deja de accionar la llave, el bendix deja de “empujar” los engranes, y el motorcito de arranque se desconecta y se detiene porque si siguiera unido al motor del coche, se dañaría.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail. com.

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Quisiera saber si hay una regla para el uso de el o la, por ejemplo, al decir el agua o la agua, el alba o la alba, el águila o el águila. Luz Martha Pimentel.

RESPUESTA: En los casos que usted cita, a esos sustantivos se les cambia el artículo LA por el artículo EL porque empiezan con A tónica (es decir, con acento ortográfico o prosódico) y si decimos LA-AGUA, LA-ÁGUILA, etc., se oye mal.

Ese mal sonido es lo que se llama una cacofonía. Reflexión para terminar: El amor hace que sin darnos cuenta se nos pase el tiempo.

El tiempo hace que sin darnos cuenta se nos pase el amor. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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