REFRANERO DEL QUIJOTE
El Quijote II, 49
El Duque, a quien Cervantes jamás menciona por su nombre en la novela, designa a Sancho Panza como gobernador de la Ínsula Barataria. En realidad se trata de una colosal burla de que se hace objeto al pobre escudero.
Con el pretexto de cuidar su salud, se somete a Sancho a una muy rígida dieta en el comer, que termina por hacerlo renunciar a ser gobernador.
Sin embargo, para su contento, cierta noche se le da de cenar "un salpicón de vaca con cebolla y unas manos cocidas de ternera algo entrada en días", platillos que le supieron a gloria.
Les expresa entonces Sancho que para él quedar satisfecho no son necesarios manjares exquisitos "… y no se burle nadie conmigo, porque o somos o no somos: vivamos todos y comamos en buena paz y compañía, pues, cuando dios amanece, para todos amanece".
Con esa sentencia conciliadora, entre los extremos de quienes todo tienen y los que carecen de todo, Sancho llama a la igualdad de todos porque amanece por igual para ricos y pobres, para buenos y malos.
J.A García Villa
@jagarciavilla