Columnas la Laguna

PARTICIPACIÓN CIUDADANA 29

¿CÓMO?

MARÍA DE LOS ÁNGELES ORDÓÑEZ

Me decía un amigo que la primera obligación del Gobierno es la de resolver problemas, de hecho, esa es la razón por la cual existe, al menos formalmente. Claro está que es una estructura compleja y por ello no debemos dejar que sólo la conozcan y manejen quienes la presiden. Esta estructura comprende a todos los poderes y niveles de Gobierno, y se mantiene a partir de un método muy sencillo: mediante una elección se decide quién preside el Gobierno y este sujeto define quién lo acompaña en esa tarea. Durante mucho tiempo, 80 ó 90 años, el medio para llegar al poder han sido los partidos políticos, los cuales a partir de una base ideológica y doctrinaria deciden participar mediante competencia en un proceso para llegar al poder y desarrollar su ideología e imponer su doctrina. Diríamos que ésta es una forma civilizada para luchar por el poder político; sin embargo, esta forma ha involucionado hasta llegar a la situación en la que hoy se encuentran, y que si buscamos a los partidos políticos lo único que vamos a encontrar son franquicias, agencias de empleo, negocios familiares y remedos de organizaciones dispuestas, cuan valiente hetaira política, a venderse al mejor postor, donde se diluye y desaparece la ideología y la doctrina, que sólo están presentes cuando de discursos se trata. Y en eso estamos.

Ahora que se avecina la elección de gobernador, diputados al Congreso de Coahuila y alcaldes, llega el momento de asumirnos como ciudadanos responsables y conscientes de la importancia del hecho, ya que tenemos opción de involucrarnos en los asuntos de interés público participando en este proceso, pero no como lo viene difundiendo el Instituto Nacional Electoral (para quien la democracia es la acción de un día, el de la elección), sino a través de nuestra presencia crítica, propositiva y efectiva durante el proceso de campaña de los candidatos y sobre todo el proceso de ejercicio de gobierno que le sigue.

El desgaste y deterioro de las instituciones políticas y de quienes viven de la política y en general de todo lo que compone al Gobierno, nos da los elementos no sólo para razonar nuestra participación ese día, sino para plantarnos frente a los candidatos, sus partidos y quienes gobiernan y gobernarán, para hacerles saber de nuestras propuestas, y sobre todo exigencias. Hacerles ver que ya no estamos en posición de pedir, ni siquiera de favor, sino de exigir, que nos den garantías de calidad en el Gobierno, y hacerles ver por la vía de los hechos, que estaremos pendientes de lo que deben hacer. Es momento de sustituir las ocurrencias del gobernante por propuestas de los ciudadanos, de echar al bote de basura la improvisación y el capricho, de que el gobernante entienda que llega al cargo a cumplir un mandato que nosotros le dimos mediante el voto, que debe cumplir y hacer que se cumplan las leyes, que tenemos el derecho de demandarlo si no lo hace.

En PC 29 practicamos lo que decimos y en esta incipiente temporada de propuestas políticas, a pesar de su inicio reciente, ya tenemos muestras de lo que se denuncia. El comportamiento de los partidos políticos en la fase de preparación y elección, o mejor dicho designación de candidatos a los distintos cargos, pasa a demostrarnos -una vez más- que efectivamente carecen de bases ideológicas y doctrinarias.

Por la vía de las coaliciones o alianzas entre ellos, poco vale el ciudadano y la sociedad entera ante los intereses de las cúpulas que los manejan, y si esas dos figuras inventadas y establecidas en la ley no satisfacen sus intereses particulares (a pesar de que puede significar el llegar a aliarse), la alternancia en el poder, les vale. El Estado de México es la mejor muestra de ello; importa más la próxima elección que la próxima generación.

A esto se puede agregar por lo cercano, la presencia, al menos en anuncios de precampaña, lo que nos dice Miguel Ángel Riquelme. Es posible, ¡así, afirmado! que la ignorancia pueda ser exhibida en una frase a pesar de la supuesta experiencia que ha tenido como legislador, al proponer que si el voto le favorece, exigirá a la federación que le devuelva a Coahuila lo que la entidad le aporta al gobierno central, cuando la distribución del dinero que se integra en una gran bolsa, se decide en base a leyes, fórmulas y acuerdos de coordinación fiscal. ¡Es una estupidez! Tal parece que al perfil que ya he presentado en colaboraciones anteriores, hay que agregar otros dos componentes que parecen atributos: la ignorancia y la mentira. Si esto lo hace ante y para los militantes de su partido en proceso de elección interna, qué poco favor les hace al considerarlos ignorantes.

Amable lector, en PC 29 nos estamos preparando para exigir que nuestras propuestas formen parte del plan de gobierno. Invitaremos a los candidatos a que nos escuchen, ya que estamos convencidos que nos vendrán a decir lo mismo de siempre: qué van hacer. Eso ya no nos interesa, nos interesa que nos digan CÓMO LO VAN A HACER, para que podamos valorarlos, y que no nos cuenten cuentos como el que Riquelme está usando como base, casi como idea ancla en su oferta interna.

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