Manifestó que de acuerdo a la Ley de Protección Animal, los perros no pueden ser sacrificados, si no se comprueba mediante un examen su agresividad. (ESPECIAL)
Max, el perro pitbull de dos años, que mató a un niño el año pasado en Saltillo, será enviado a una fundación especial en Malibú, California, luego de haberse salvado de ser sacrificado.
De acuerdo a Juan José Cornejo, dirigente del Comite Internacional de Ciudades Hermanas, sería el primer caso a nivel nacional en donde se salva un perro de ser sacrificado.
“Ningún perro había sido rescatado después de haber cometido un delito como éste, aparentemente intencional, como siempre lo manejaban”, dijo.
Manifestó que de acuerdo a la Ley de Protección Animal, los perros no pueden ser sacrificados, si no se comprueba mediante un examen su agresividad.
“Se comprobó que no era agresivo, no obstante, al no ser muy sociable el perro, cometió ese error”, dijo.
Destacó que la fundación de Raúl Julia Levy comprometió a llevárselo a para darle albergue en California y así pueda ser tratado de forma psicológica para ser rehabilitado.
“El día de mañana llegará una persona de México en avión no sabemos si aquí a Saltillo o Monterrey y se le va sacar el pasaporte para que se pueda ir”, dijo.
Manifestó que la resolución se dictó en un juzgado de primera instancia en Saltillo.
Fue a inicios del mes de diciembre que Iker Misael Ulloa Muñoz de tres años de edad fue atacado por el perro.
Tras doce días de debatirse entre la vida y la muerte, el menor falleció al presentar una falla orgánica múltiple, lo que terminó con la vida del menor.