Hay directivos que le tienen mucha fe al jugador mexicano y otros que simplemente no la tienen. A fin de cuentas eso es lo que tiene dividida por la mitad a la Liga Mexicana desde hace algunos meses. Igualmente hay circuitos que le tienen fe al jugador nuestro y por varios años así pensaron en el verano por lo que desde 1981 se decidió comenzar con la Academia de Pastejé que en una idea de don Alejo Peralta dio resultados casi de inmediato. Como botón de muestra están jugadores tan notables como Daniel Fernández y Matías Carrillo. Con el tiempo fue el presidente de la Liga Mexicana entonces, Pedro Treto Cisneros, el que convenció a los directivos abrir una súper academia de beisbol en El Carmen, Nuevo León, cerca de Monterrey. Igualmente la nueva escuela beisbolera dio frutos.
La fe en el jugador mexicano quedó ampliamente demostrada por don Alfredo Harp, propietario de los Diablos Rojos y Guerreros de Oaxaca quien decidió construir una academia beisbolera del Siglo XXI con todos los adelantos imaginables y varios campos para jugar y practicar al beisbol. Cuando se inauguró esta nueva academia, don Alfredo dijo que era un sueño convertido en realidad. Es algo que deseaba llevar a un final feliz porque tiene gran fe en el pelotero mexicano.
De las academias del Diablos y Guerreros cerca de la ciudad de Oaxaca han surgido peloteros como Juan Carlos Urías que va a ser pitcher de planta del Dodgers y ya vio acción en los play offs. De allí surgió también el lanzador Luis Cessa que ya dio muy buenos juegos con los Yanquis y está en los planes para la próxima temporada.
Obviamente no todos tienen, por lo menos al comenzar sus carreras, las facultades para estar en Ligas Mayores y tenemos muchos jugadores de la academia en diferentes equipos de la Liga Mexicana.
De los Toros de Tijuana salió el Novato del Año, el jardinero Isaac Rodríguez que también ha triunfado en la pelota de invierno. Un directivo que le tiene mucha fe igualmente al jugador mexicano lo es Armando Navarro que está al frente de los Charros de Jalisco y tiene un acuerdo de trabajo con los Diablos Rojos. Está igualmente convencido de que los jugadores nacionales van a seguir surgiendo en calidad y en cantidad ya que él mismo fue directivo de los Charros de verano cuando tenían un equipo sucursal en la Liga del Bajío y a la que proporcionó los mejores instructores que pudo encontrar.
El real banderazo de salida para el nuevo jugador mexicano se dio en 1960 cuando los equipos de la Liga Mexicana de entonces decidieron jugar a solamente prospectos en la Liga Central que hasta entonces estaba integrado por jugadores veteranos, mexicanos y extranjeros. Desde entonces la cosecha fue óptima con jugadores como Héctor Espino, Enrique Castillo, Fernando Remes, Eloy Gutiérrez, Pancho García, Pepe Peña y muchos más. Le dieron al pelotero mexicano la oportunidad que nunca había tenido.
Sin embargo tal parece que hay bastantes de los 16 equipos que no parecen tenerle tanta fe al jugador mexicano y desean llenar varios de sus lugares con americanos de origen mexicano. Eso se aparta de la ruta trazada desde 1960.
