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La respuesta está en el viento

XAVIER BOELSTERLY URRUTIA*

Durante las carreras parejeras hubo grupos musicales y bandas de pueblo, amenizando, al igual que varios entusiastas invitados (y otros que no lo eran) que bailaban, reían y echaban porras simultáneamente a Rubí y a su tierra natal, de donde cada tropa provenía. Por cierto, estuvieron ciudadanos de varios países: Argentina, Chile, Polonia, USA (California, Texas, Illinois, Nevada, entre otros estados de ese país). Por supuesto, muchos asistentes de nuestro querido México, de más de quince entidades: Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León (faltó El Bronco), Morelos, Estado de México, Hidalgo, Aguascalientes, Jalisco, Colima, Guanajuato, Querétaro, Durango, Ciudad de México, Puebla, Quintana Roo y, claro, de todas las regiones de San Luis Potosí. Ellos son los que se hicieron notar en la bulla musical. Los demás, disculpen por la omisión involuntaria.

Llegó el atardecer y con él, el único famoso que ofreció ir y que sí cumplió: Marco Flores y La Jerez. Arriba las viejas cab..., es su grito de batalla y de presentación, más el ya famoso baño de cerveza, que el público sigue y actúa con fervor. Más de media hora de él y su grupo, gratis para todos. Rubí llegó y bailó con él. Marco llegó corriendo, rodeado de sus guardianes. Nadie se pudo fotografiar con él; menos, lograr un autógrafo.

La Banda Corazones vino desde la tierra regia a acompañar y a amenizar los famosos quince. Todos muy vestidos de azul.

Después vino el festejo real de los XV años: el vals, los chambelanes, el regalo sorpresa -una coreografía que vino de Monterrey- y el brindis. El "surprise gift" estuvo fuera del contexto tradicional del festejo de las quinceañeras, pues Rubí casi no participó como personaje principal. Fue muy champurreado.

Y de repente que empieza el reparto de donas, regalo de una empresa gringa, de la tierra de Trump, el tristemente célebre presidente electo del vecino país del norte. Y los gorrones empezaron a pasarlas y compartirlas con los prójimos, conocidos o desconocidos. Solidaridad con los demás; realmente bonito, ordenado, amigable. ¿Podremos, como país, como sociedad mexicana, llegar a vivir y convivir así?

Llegaron Los Indomables de Cedral, y así son, como su nombre lo indica. Se volvió a prender el respetable, algunos ya con ciertos humos de más dentro de la cabeza. Y los privilegiados de Rubí bailaron desde el tapanco.

Había postes y lámparas, como unos seis y unas doce, respectivamente. Bastante buena iluminación pública, se veía bien, suficiente para ver dónde y qué pisaba uno, y no irse de bruces. A pesar de ello, hubo niños que perdieron a sus papás. Se oía en el corrillo: ¿chiquillo, sabes dónde están tus padres? En los foros y las ambulancias se concentraron los momentáneamente alejados. Desencuentro con sobresalto, feliz reencuentro.

Un dato curioso: hasta las diez de la noche, los invitados, que sumaron aproximadamente cinco mil para esas horas -unos seguían llegando, otros se estaban yendo- poco habían bailado. Sí habían comido, habían bebido, y pocos habían "movido el bote". Sí había habido mucho movimiento de botes cerveceros, pero poco movimiento del bote trasero. En fin, era hora del baile. Y después se desató la polvareda, con tanto taconear y taconear de parte de ambos géneros. Polvo eres y en polvo te convertirás. Porque algo que faltó fue regar el pasto, de la expresa de la ahora Laguna Seca.

La carretera número 63 se llenó de vehículos que nunca hubieran pasado por ahí, solo Rubí lo hizo posible. Algunos coches descompuestos, algún percance mínimo. La ruta bien vigilada y apoyada por las policías de los tres niveles de gobierno. Por supuesto, pagadas con nuestros impuestos.

En esta obra virtual y presencial, sí hay un Cuarto Acto.

La fiesta se anunció, se preparó, llegó y se fue. Como dice Bob Dylan, el flamante Premio Nobel de Literatura 2016, "the answer, my friend, is blowing in the wind". "La respuesta, mi amigo, está flotando en el viento".

¿Por qué la respuesta está flotando en el aire del planeta global?

Porque mientras todo este acontecimiento privado se preparaba por la familia de Rubí, de repente, en un click, se convirtió en un tema social, global, mundial.

Porque las redes sociales sí son una realidad, y pueden mejorar o empeorar la vida en el planeta.

Porque en las redes se le han dedicado horas y horas del tiempo de millones de seres humanos, casi diría yo, desperdiciado.

Porque los humanos nos perdemos en la estratósfera, ni siquiera llegamos a la capa de ozono.

Porque a los mexicanos nos encanta el chisme, sentarnos a platicar tejiendo el chal, quedarnos flotando, sin aterrizar.

Porque los mexicanos somos buenos para criticar, para señalar, para sugerir, para corregir, pero poco buenos para actuar, para cambiar, para construir un país diferente.

Porque a los mexicanos nos gusta cambiar al país desde el café, pero poco nos aventamos al ruedo, para cambiarlo de verdad.

Porque el compromiso que adquirimos para actuar es de teoría, no es de realidad. Es virtual, no presencial.

Porque a los mexicanos nos gusta ser sujetos de la historia, pero nos da miedo ser actores de ella.

Porque en el transcurso de la preparación de este acontecimiento globalizado, los mexicanos vivimos una tragedia humana, otra más en nuestro país, relacionada con explosiones, ya sea de gas, de fuegos artificiales, de pólvora. San Juanico, Guadalajara, Cuajimalpa, Hermosillo, pozos petroleros y refinerías de Pemex. Ahora fueron 36 muertos y 62 heridos, ¿cuántos llevamos en total en los últimos 35 años, por no irme más atrás?

Ahora en diciembre fue Tultepec, Estado de México. ¿Cuál sigue? ¿Qué explosión nos espera? ¿Y en qué tema?

Porque los mexicanos estamos viviendo un nuevo y fuerte gasolinazo, consecuencia de la Reforma Energética, que nos va a llevar a una elevada inflación en 2017. Pero no dejamos de estar al tanto de Rubí y su festejo.

Porque se pueden seguir viralizando, ahora a propósito, nuevos festejos: cumpleaños, bodas, bautizos, presentaciones al templo, quince→ s, graduaciones y cualquier otro tipo de celebración y fiesta, que para eso nos pintamos solos los mexicanos. ¿Y qué va a hacer el gobierno federal, los gobiernos estatales, los municipales? Claro, lector, le atinaste, seguir cuidando la seguridad del pueblo, y pagándola con nuestras tributaciones. Por supuesto, esto es mejor a que se los roben los políticos y funcionarios que así lo acostumbran. Pero, ¿te imaginas si sucede? Ya el alcalde de San Blas dijo, micrófono en mano y frente al mundo, que a él le gustaría tener una fiesta así. En enero cumple años, según anunció. Al tiempo.

Porque tenemos un presidente de la República por demás inepto, mentiroso, falso, corrupto. Y los que lo rodean... solo le faltó que fuera a los quince de Rubí, para acabarla, ahora sí, de j... A ella no, a Rubí no, sí a su actuación como Primer Mandatario de la Nación.

QUINTO ACTO. LA JOYA. EL PAíS Deseo de verdad, de corazón, que se logre algún beneficio permanente para La Joya, además del ya existente, el haber salido del anonimato mundial. Ojalá y les llegue la señal de Internet, del celular, de los satélites ultramodernos, de la tecnología más avanzada, para que Rubí pueda estrenar y usar su computadora y los alumnos de sus escuelas puedan aprender a través de este moderno, funcional y práctico medio de comunicación supersónica.

Aprovecho para dar las gracias a la familia Ibarra García y a Mark. Hicieron posible algo utópico, muy utópico. Por fin, los mexicanos nos unimos en algo.

 MORALEJA -COMO EN LAS FáBULAS- Evita creer todo lo que se escribe en las redes sociales. Somos animales inteligentes. ¡Discierne!

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