Ataque. Varias personas acudieron al lugar en donde el Estado Islámico (EI) realizó el atentado en Sadr al este de Bagdad, Irak. (EFE)
La capital de Irak, Bagdad, vivió una nueva jornada de terror con atentados que dejaron al menos 37 muertos ayer, día en el que el presidente de Francia, François Hollande, visitó al convulso país del Medio Oriente para reforzar la lucha contra el extremismo islamista.
Además, el Estado Islámico (EI) se adjudicó la matanza de Año Nuevo en el exclusivo bar Reina de Estambul, Turquía, que dejó 39 personas muertas y amenazó con "prender un incendio" en reacción a la interveción turca en Siria.
Una serie de tres atentados que tenían como principal blanco a la comunidad chií sacudió Bagdad y causó al menos 37 muertos y 74 heridos. Dos de los atentados tuvieron como blanco el barrio de Sadr, una zona humilde de mayoría chií a las afueras de la capital iraquí.
El ataque más grave, que fue reivindicado por el EI, causó la muerte a 37 personas y dejó a otras 65 heridas, algunas de ellas de gravedad, cuando un coche bomba explotó en una plaza abarrotada a las puertas de un mercado en Sadr.
Los ataques se dieron en el marco de la visita del presidente francés quien manifestó su apoyo a Bagdad en la guerra contra el EI y vaticinó que las fuerzas iraquíes lograrán expulsar a los terroristas de Mosul en un plazo de "semanas".
Sobre Estambul, el EI dijo en un comunicado que "hicimos saber a la infiel Turquía que la sangre de los musulmanes que está siendo derramada en sus ataques aéreos y bombardeos de artillería se convertirá en fuego en sus territorios".
