El anuncio, tan esperado, de que Don Miguel se va para contender a la grande fue dado esta semana en el Tercer Informe de Gobierno (dicho de paso, un exceso en todos los sentidos) por el propio alcalde. A nadie extrañó, era una sentencia anunciada desde que puso, el primer día, un pie en la presidencia municipal; era de todos sabido que la alcaldía sólo le interesó de trampolín para la gubernatura. Fue un secreto a voces, el cual nunca tuvieron empacho en anunciar y presumir: era el objetivo y se llegó la hora.
Don Miguel se va y perdió una oportunidad de oro, la de pasar como un gran alcalde en la historia de nuestra región; con la ayuda de la triste actuación de su antecesor, que hizo una administración no mala, malísima, quien fue el alcalde ausente y dejó que el municipio se hundiera de la forma más espeluznante. Bueno, pues con esto, era muy fácil colgarse medallas. ¿Y qué fue lo que hizo? Demostrar su ineptidud en las tareas administrativas municipales, rodearse de colaboradores ineptos, pillos y desleales, responder visceralmente ante cualquier señalamiento, cerrar de un portazo toda actuación de sociedad civil válida, creerse el todopoderoso y dueño del municipio, entercarse en obras totalmente innecesarias, utilizar a la gente más necesitada para conseguir sus fines, esconder las cuentas municipales, tapar a Olmos y no ventilar la deuda que nos dejó, rendirse plenamente al gobernador, entregar el municipio a pseudoempresarios (o amigos). ¡Perdió su oportunidad y quiere más!
¿Qué nos deja el alcalde con su partida? Lo bueno: la Unidad Deportiva Compresora (con recursos federales de Conapred) , la Línea Verde (aún inconclusa) y muchas horas trabajo-hombre (que nadie le discute). Lo malo: cientos de promesas incumplidas, una ciudad llena de baches, un SIMAS opaco e ineficaz, desabasto de agua, colectores caídos, drenaje insuficiente y obsoleto, un teleférico a medias y totalmente innecesario, un paseo Morelos a medias (aunque afirme lo contrario), una Alameda que da pena, un metrobús muy cuestionado, un alumbrado público de vergüenza (sobre todo tomando en cuenta lo que nos costó (ni para pintura de postes alcanzaron), una tesorería peor que la de Chávez Rosique, que ya es mucho decir, un uso indebido de las pensiones, las cuotas de los empleados del municipio para el partido, montón de eventos en la Plaza Mayor (no sabemos a qué costo), un proyecto del Panteón Municipal con muchos asegunes, el negocio de la chatarra (¿de quién?), comidas para los GATES inexistentes, metros y metros de repavimentación (recarpeteo que no es lo mismo) de muy baja calidad, un gasto desmedido en publicidad, eventos indignantes para un pueblo en crisis (fiesta de cumpleaños e informes anuales), una enfermedad (primera piedritis) que se exacerbó en los últimos meses, campaña por todo el estado desde hace dos años, impuestos que no existen en otros municipios, la iniciación de un centro de convenciones cuando no hay recursos, y ahora el escándalo del Hospital Municipal.
¿Qué no pueden hacer bien las cosas? O ¿cuál es el gato encerrado? En resumen, muchas obras empezadas y no terminadas, opacidad en prácticamente todo lo que hacen, ¡un abuso!
Por supuesto ni tocar el tema de la megadeuda (no se nos vaya a enojar el gobe), origen de nuestras desgracias económicas. "Hoja pasada en el libro de la Historia", lo repitió mil veces.
Se va y queda un hueco, pero no en nuestros corazones, sino en la ciudad misma; estamos hundidos en un hoyo oscuro y profundo, del cual difícilmente saldremos en los próximos años. ¿Qué planes tiene el Señor Riquelme para nuestra ciudad? Nos gustaría saberlos.
Torreón se merece mejor futuro, mejores gobiernos y mejores personajes. En PC29 seguiremos trabajando en la construcción de esa ciudadanía tan ausente y tan necesaria para que verdaderamente se dé un cambio en nuestra región. Venga quien venga, no cejaremos en nuestra misión.
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