CRÓNICA LERDENSE

El brote de la Revolución se dio en Gómez Palacio y Lerdo

Fue precisamente en el lugar del Puerto de Calabazas, del día domingo, como a las seis de la tarde del 20 de noviembre de 1910, estuvieron llegando diferentes cabecillas y acompañantes, siendo el primero el Sr. Orestes Pereyra y sus hijos de éste; luego los lerdenses señores Agustín Castro, Epitacio Rea y Martín Triana. Benjamín Argumedo, Sixto Ugalde y otros más, Y siendo como las 23:00 horas del día de ese día, todavía no se juntaban el número que se había acordado en la última junta de Lerdo y aparte ni el Jefe de la Junta Revolucionaria Mariano López Ortiz, al que después de haberlo buscado para localizarlo en diferentes lugares, y al no lograrlo en la última comisión conformada por Agustín Castro y Gregorio García se les indicó que los esperarían con las noticias en las antiguas ruinas de la Hacienda de Santa Rosa.

Hay que destacar que el sitio del Puerto de Calabazas, se encontraba y se encuentra ubicado en los límites de las municipalidades de Gómez Palacio y Lerdo de Tejada, y cercano de la Ciudad de Torreón, Coahuila del Partido de Viesca. Al tomar la decisión de trasladarse el grupo maderista a las ruinas de la Hacienda de Santa Rosa, el Grupo tuvo que marchar desde el punto señalado y rodear el cerro de Santa Rosa por lado de la Municipalidad de Lerdo de Tejada para llegar e ingresar a la Municipalidad de Gómez Palacio para estar presentes en el segundo lugar acordado de las ruinas. En tal virtud al hacer el conteo del número de personas, sumaban 35 elementos que estaban dispuestos a luchar, razón que hubo cambio de los planes y se descartó por lo tanto el ataque a la Cd. de Torreón.

Estando ya posesionados en las ruinas de la Hacienda de Santa Rosa, se reciben las noticias de que el Sr. Mariano López Ortiz se había ausentado días atrás tomando el rumbo de San Antonio, Texas. En tal sentido el Sr. Orestes Pereyra propuso al grupo guerrillero que al faltar el Jefe de la Junta Revolucionaria y de no cumplir con su palabra de honor, que se designara un nuevo líder en la persona de Jesús Agustín Castro, dentro del cual el grupo no puso objeción ninguna, quedando por unanimidad jefe del movimiento revolucionario. Poco después acordaron atacar la comandancia de policía que se encontraba en la Ciudad de Gómez Palacio, Dgo. En seguida se repartieron las pocas armas y parque que tenían escondidas con anterioridad en las ruinas.

Este grupo estaba integrado por treinta y cinco ciudadanos valientes y formada en su mayoría por oriundos y radicados en la Ciudad de Lerdo, Dgo., y otros de Gómez Palacio, así como de algunos municipios de Torreón, Matamoros y Viesca del Estado de Coahuila. Al hacer la marcha con rumbo a la cárcel municipal de Gómez Palacio, y al irse acercando a la comandancia, Agustín Castro da instrucciones estratégicas para el ataque. Con el grito de ¡Viva Madero! el grupo guerrillero se lanza y toma por sorpresa primeramente a la gendarmería que vigilaba la prisión. Una vez tomado el edificio después del encuentro a balazos; se hace un recuento de los hechos; resultando varios muertos y heridos entre ambos bandos, entre ellos principalmente el comandante de policía y dando libertad a los presos que había en la prisión.

Eleuterio Ortega Solís, ayudante de policía, de Gómez Palacio, quien defendía la cárcel municipal, confesó ante los interrogatorios: "de que por voz pública se sabía que para el día veintiuno de noviembre, se iban a levantar en armas algunos descontentos contra el actual Gobierno Federal, y partidarios de don Francisco I., Madero; que en vista de esto, desde la noche del día veinte, el declarante, el comandante Eucario Ruiz, y los auxiliares Cosme Salazar y Arturo Torres, estaban preparados y armados en las azoteas de las casas consistoriales de Gómez Palacio, y serían como las dos de la mañana del día veintiuno, cuando se oyeron algunas detonaciones de arma de fuego y apoco aparecieron por las calles cercan as varios grupos de individuos, al parecer unos pertenecientes al pueblo y otros a las clase media, pero todos armados y gritando: "Muera Don Porfirio Díaz; muera el mal gobierno; Viva Madero".

Al llegar a las casas consistoriales los revoltosos empezaron desde luego a disparar, habiendo de cierto modo a repelar el ataque haciendo lo mismo, habiendo algunos que ya no lo hicieron por lo tremendo de los balazos que hicieron que los fusiles que portaban quedaron inservibles; de inmediato se oyeron los quejidos de los heridos. Los revoltosos subieron a las casas consistoriales, penetrando por los jacales y vecindades que se encuentran detrás de la jefatura y comandancia, que hicieron que los policías que se encontraban en las azoteas bajaran de las mismas, estando también resguardando la ergástula los gendarmes municipales Ceferino Martínez y Cosme Salazar, que si habían disparado, pero ya no hacían resistencia porque era inútil, haciéndose dueños de la situación los revolucionarios quienes andaban embozados con toallas, pañuelos, y con otras cosas que cubrían sus caras, en plena obscuridad de la mañana.

Enseguida Agustín Castro ordena que se recogieran las armas y el parque de los montepíos; pero al andar merodeando y dispersados el grupo maderistas por varios lugares, éstos vuelven a tener un encuentro contra rurales del 5º Regimiento adscritos a la Jefatura con asiento en la Ciudad de Lerdo, cabecera del Partido de Mapimí. Efectivamente el cabo del 5º. cuerpo de rurales, Santiago Yáñez y Pérez, dijo "que estando en su cuartel de esta ciudad (Lerdo), como a las dos de la mañana del día veintiuno del actual dispuso el Jefe de Rurales que se armaran y montaran, saliendo todo el destacamento de rurales, compuesto de veinte hombres para ir atacar a los maderistas que se habían levantado en armas y estaban atacando a las casas consistoriales de Gómez Palacio: que antes de entrar a esta ciudad se encontraron con los revoltosos, quienes gritaban, Viva Madero y muera Porfirio Díaz, y luego les empezaron a hacer fuego; pero como el que habla le tumbaron el caballo, ya no pudo resistir ni hacer fuego porque sus compañeros los abandonaron y pronto estuvo rodeado de maderistas, los que lo atacaron y lo hirieron"

Igual lo hizo Leandro Cermeño y Heredia, dijo: "Que al tener contacto con los maderistas que gritaban viva Madero y muera Don Porfirio; éstos empezaron a disparar sobre los rurales, que al no poder contestar, debido a que recibieron tiros en diferentes partes del cuerpo y los tumbaron del caballo que montaban, cayendo heridos, ya no se pudo hacer nada ni seguir a su jefe Chávez ni al cabo Yáñez, los que siguieron adelante, en el encuentro mataron a Chávez y al cabo lo hirieron; y en la refriega también resultó muerto Enrique Estrada.

Después Agustín Castro visita a una de las ferreterías del Sr. Bihuiring, donde les fueron entregados a los maderistas, carabinas y parque. Al realizar las últimas acciones en el lugar de Gómez Palacio, Orestes Pereyra consulta su reloj y checa que son las 4 de la mañana, se da cuenta Agustín Castro y da instrucciones al grupo maderista para hacer la retirada hacia Ciudad Lerdo, con la finalidad de tomar la plaza donde se encontraban las oficinas de las autoridades civiles, los juzgados y la Jefatura del 5º. Regimiento de Rurales.

Ante estos hechos el Juzgado 1º. de Letras de Cd. Lerdo, a las 6:30 p.m. del 21 noviembre 1910, da parte al Juez de Distrito Durango, informando que en la mañana de ese día hubo encuentro a balazos, entre maderistas y soldados, resultando algunos muertos y heridos, en Gómez Palacio y en Lerdo.