El peligro más allá del olor

Con las lluvias y el deficiente saneamiento, es común que broten “aguas negras” -como se conoce comúnmente al líquido que corre en el drenaje-, en alcantarillas e incluso en algunos domicilios, pero se debe tener mucho cuidado, ya que puede convertirse en un riesgo para la salud.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, otras diarreas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.

En el mundo, se calcula que unas 842 mil personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos, pero esto es prevenible.

Contaminación

Con las tormentas intensas y las inundaciones en las calles, es común el colapso de los sistemas de alcantarillado sanitario y sépticos. Las grandes cantidades de aguas pluviales y de agua subterránea que ingresan a los sistemas de tratamiento pueden inundarlos y provocar desbordamientos.

Al estar al aire libre, las partículas de las aguas residuales pueden dispersarse en el aire, y su inhalación provoca efectos negativos para la salud, como malestar gastrointestinal, diarrea, náuseas y vómitos.

Las aguas negras contienen virus, bacterias y otros gérmenes que pueden provocar enfermedades y convertir una casa en un lugar no apto para vivir. Los riesgos para la salud dependen de la cantidad de agua, los tipos de gérmenes presentes en ella, la cantidad de tiempo que estuvo en contacto con los materiales del hogar y la cantidad y la duración de la exposición a estas aguas.

Las enfermedades más comunes de contagio son, por lo general, trastornos gastrointestinales y/o sarpullidos o infecciones en la piel. Las infecciones respiratorias son poco comunes, ya que los microorganismos fecales casi nunca se transmiten por aire en ambientes húmedos, y estos virus y bacterias suelen desaparecer una vez secados los objetos.

Limpie inmediatamente

Si hay un desbordamiento de aguas negras, lo primero es mantener a niños y mascotas alejados. La recomendación es llamar a un especialista, pero si decide comenzar a limpiar, recuerde utilizar guantes de goma cuando manipule objetos contaminados y lavarse las manos inmediatamente, no la toque directamente con las manos.

La posibilidad de contraer enfermedades aumenta mientras más tiempo las aguas negras permanezcan en contacto con los interiores de la vivienda, por lo que es importante secar rápidamente el lugar y desechar los materiales porosos contaminados. Otros factores que influyen en la probabilidad de que sobrevivan los gérmenes u organismos patógenos son los tipos de materiales que se han contaminado; el alto porcentaje de humedad y las temperaturas templadas; si se utilizan desinfectantes o no; si hay luz solar o no. Muchos gérmenes, expuestos a la luz solar, desaparecen con mayor rapidez que los que no lo están.

Recuerde secar muy bien los espacios. Elimine toda el agua estancada, para ello puede utilizar una bomba de desagüe, una aspiradora de líquidos o un balde. Si es posible, utilice deshumidificadores, ventiladores, equipos de aire acondicionado de ventana y ventanas abiertas para acelerar el proceso de secado.

Es importante desechar y desinfectar. Deseche las alfombras, los tapetes y los muebles tapizados. Si observa una marca o una mancha de agua proveniente del desborde de aguas negras en los paneles de yeso de las paredes, corte el material varias pulgadas por encima de la marca de agua y reemplázelos.

Debe lavar la zona afectada con una solución detergente para eliminar la suciedad y la contaminación de las superficies, y dejar secar al aire libre. Aplique un desinfectante rotulado como bactericida o una solución de una medida de cloro por nueve medidas de agua. Los desinfectantes y/o el cloro deben estar en contacto con los artículos entre 15 y 20 minutos para que sean eficaces. Déjelos secar al aire libre.

Asegúrese de desechar todo lo contaminado, como cartón, alfombras y fieltro de alfombras, cosméticos, alimentos, almohadas y colchones, medicamentos y productos sanitarios, juguetes y animales de peluche, muebles sin sellar, muebles tapizados. Todo esto puede significar un foco de infección para sus seres queridos.

Debe reportarlo

El gerente técnico del Simas, Raymundo Rodríguez de la Torre, señaló que las “aguas negras” brotan en los domicilios debido a la saturación del drenaje principal, de modo que no hay circulación, o incluso se puede tener tapada la descarga hacia la línea de conducción en la propia vivienda.

“Cualquiera que sea el problema, hay que reportarlo de inmediato, ya nosotros cuando acudimos detectamos si es problema puntual, del domicilio, de toda la calle y particular”, manifestó, “nosotros no podemos entrar a los domicilios, pero se les indica al usuario para que contrate a un plomero, normalmente se tapa por basura, papel, botellas, juguetes, lo que cabe por los orificios del lavabo o sanitario”.

Lo más común es que se tape por los desechos de los alimentos, pues la gran mayoría de las viviendas no tiene triturador y persiste la mala práctica de arrojar los residuos al lavabo, lo que a la larga, causa estos problemas.

“Hay que tener mucho cuidado con lo que se va al drenaje, se va acumulando la basura y lo tapa”, indicó Rodríguez de la Torre.

Para solucionar el problema en el interior del domicilio, el organismo operador recomienda contratar a un plomero y limpiar de inmediato.

La causa de nuestro propio mal

Las lluvias son una condición crítica para que se presenten problemas en el drenaje, sin embargo, existe la posibilidad de que haya fallas debido a la falta de cuidado que impera en la población. La producción de basura se ha convertido en una de las problemáticas más relevantes de nuestro siglo.

Más de la mitad de la población del mundo no tiene acceso a un sistema de recolección regular de basura, y aún así se tiene contabilizada la producción de aproximadamente 1.3 billones de toneladas de desecho por año, de acuerdo a el World Bank´s Social, Urban, Rural and Resilience Global Practice.

Estados Unidos, China y Brasil, son los países que lideran la lista de producción de desechos, desgraciadamente de acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente, la Ciudad de México es la segunda ciudad que más genera basura, solo después de Nueva York.

12 millones de toneladas de basura son a las que se enfrenta anualmente la Ciudad de México, de las cuales, una gran porcentaje termina en las calles y sus drenajes.

Ante esta difícil situación, aquí te traemos un listado de lo que no debe de ir al drenaje y cómo le puedes hacer para eliminarlo.

Toallitas húmedas: Estos productos al igual que los hisopos se clasifican como textiles. A pesar de que sus fabricantes los señalan como amigables con el medio ambiente, son uno de los principales causantes de tapones y daños en los sistemas hidráulicos de la red de saneamiento.

Cloro, amoniaco y otras sustancias químicas: Es usual que en la limpieza del hogar se utilicen limpiadores o inclusive aromatizantes; todas estas sustancias son capaces de oxidar la materia orgánica y hasta provocar la muerte de una persona con sólo 40 mililitros en un litro de agua.

Medicamentos: Aquí el principal peligro es para los organismos acuáticos, que pueden llegar a presentar problemas de crecimiento o genéticos. Los fármacos se deben de desechar por medio de la basura, extrayendo el medicamento de su envase original y colocándolo dentro de una bolsa hermética.

También se puede optar por destruirlo en una pequeña cantidad de agua para que se disuelvan los comprimidos.

Pinturas y disolventes: Formados por sustancias químicas, las pinturas y sus solventes también deben de ser tratados con cuidado a la hora de ser desechados. La recomendación es llevar el diluyente de pintura a alguna instalación de recolección de residuos peligrosos, en caso de que no exista en tu comunidad, puedes optar por dejarlo abierto en una zona ventilada para que se seque y posteriormente tirar el envase directamente a la basura.

Jabones y detergentes: Son las sustancias que comúnmente se vierten en el agua y que de forma excesiva provocan el crecimiento de algas que a la larga perjudicarán la vida acuática del entorno. Actualmente no existe una forma efectiva de eliminar los detergentes para que no lleguen a la red de saneamiento, pero existen productos que han suprimido los fosfatos (principal contaminante) para mejorar la calidad del agua.

Grasas alimentarias: La cocina es uno de los sitios donde usualmente se presentan los problemas de drenaje, esto debido a los aceites que ahí se vierten. La grasa a la larga provoca que se atasquen los colectores y con ello se impide la salida de los gases.

La primera opción para desecharlo es averiguar si en la ciudad existe algún punto de reciclaje, de no ser así puedes recolectarlo en cada uso, para finalmente designarlo al servició de recolección de basura.

Pesticidas e insecticidas: También son sustancias químicas, pero con un efecto más devastador en las estaciones de tratamiento. Según los gestores de las redes de saneamiento, provocan altas tasas de emisiones en colectores y saneamientos públicos.

Todo en su lugar

En el pasado resultaba inimaginable pensar que el lugar para el papel higiénico era la taza del baño, nos aterraba el hecho de que podíamos provocar un problema en el desagüe del inodoro. No obstante, desde hace algunos años se ha estado produciendo papel higiénico biodegradable y que incluso se desintegra al momento de entrar en contacto con el agua.

El fecalismo es un término que se dio a conocer a partir de los descubrimientos que se hicieron de las afectaciones que tenían heces fecales animales en nuestra salud. Desde ese entonces se promovieron campañas para prohibir a los dueños de mascotas, que los residuos de sus animales se quedaran en plazas o parques.

Pero los desechos de origen animal no eran los únicos que provocaban estas afectaciones en la salud, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México llegaron a la conclusión de que el fecalismo existe en los lugares más íntimos de los hogares mexicanos.

De acuerdo a la publicación mensual UNAMirada a la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, la costumbre de depositar el papel higiénico con residuos fecales en un bote dentro del baño, guardarlo en bolsas y entregarlo a los señores de la basura, es una práctica del fecalismo.

Se hace saber en el mismo documento que el tiempo en el que comenzó esta costumbre era en la época de las fosas sépticas en México, pero en las últimas décadas y después de la construcción del drenaje, todo ha cambiado.

“El verdadero daño es mantenerlo en botes, porque así estamos expuestos a los gérmenes presentes en el excremento”, recoge el artículo de la UNAM.

Según el doctor Sergio Palacios, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, por medio de la acumulación y el manejo de estos desechos, se se diseminan microorganismos patógenos que habitan en el aparato digestivo de los humanos y son los principales causantes de enfermedades gastrointestinales como salmonelosis o parasitosis.

Los pañales también representan otra gran problemática, ya que en ocasiones hasta en la calle se desechan.

Para combatir el fecalismo en casa, la UNAM propone depositar el papel higiénico usado en el inodoro, y practicar lo mismo con las heces de los pañales. Inclusive los desechos de las mascotas de la casa pueden colocarse en el excusado para evitar un foco de infección.

El control y tratamiento de la materia fecal es uno de los grandes retos en el país. Los cuerpos de agua para riego y consumo presentan restos de excremento tanto humano como animal. A través del manejo correcto y el control de la materia fecal, se puede comenzar a erradicar el fecalismo y todos sus peligros para la salud.

Fuente: ciencia.unam.mx, www.lavidalucida.com,