Poca venta. A pesar de que ha crecido el registro de patentes en el país, pocas de estas marcas se comercializan, revelan datos del IMPI.
Pese a que las universidades son los actores nacionales que más patentes generan en el país y en los últimos años han aumentado las solicitudes, no hacen negocio con ellas.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual (IMPI), las instituciones de educación superior presentaron 349 solicitudes en 2010, mientras que el año pasado la cifra incrementó a 533.
Sin embargo, menos del 10 por ciento de éstas se comercializan. "Para el prestigio de las universidades esto funciona, pero lo ideal es que esa patente genere conocimiento a través de transferencia (tecnológica)", señala Jimena Chi Barrales, consultora de propiedad intelectual de la firma Uthoff.
Lo anterior significa que como las instituciones no están comercializando ni llevando a nivel industrial sus inventos, éstos no representan ganancias ni desarrollo tecnológico para el país.
"Hay mucho conocimiento aplicable guardado en las instituciones, y está muy relacionado con que las instituciones son evaluadas en el tema de innovación por el número de patentes que tienen", apunta, por su parte, Víctor Sánchez, miembro de la Red de Oficinas de Transferencia de Tecnología en México.
"Lo interesante sería que le dijeran a las instituciones: ahora te vamos a evaluar por el número de patentes que estás comercializando".
A decir de Sánchez, México registra un avance lento en este tema, en parte porque las oficinas de transferencia tecnológica (OTT) se crearon apenas hace cinco años.
Éstas son el puente entre el desarrollador de tecnología, es decir, las universidades, y el usuario o cliente, como puede ser la Iniciativa Privada o el sector gubernamental.
Actualmente, existen 76 OTT en el país, de las cuales 22 están en universidades públicas y privadas, mientras que 30 se encuentran en empresas privadas.
"Tenemos un retraso importante en temas de transferencia tecnológica", considera Sánchez.
"Existen oficinas de transferencia internacionales altamente reconocidas como la del MIT, Stanford, Texas, Oxford que llevan muchísimos años más. De hecho en Estados Unidos hay una asociación de oficinas de transferencia".
Además, precisa, hasta el momento no existe evaluación de las OTT en México, por lo que es difícil conocer su eficiencia.
Según una encuesta que hizo la Red de Oficinas de Transferencia de Tecnología a las OTT, de 2010 a 2014 se otorgaron 86 licenciamientos.
"Las instituciones contestaron que han transferido en los últimos 4 años 86 tecnologías, pero no sabemos cuál", indica Sánchez.
"Es el dato más objetivo que podemos tener porque no hay una base de datos. De todos modos, aunque ese número fuera aproximado, es muy bajo, porque 86 a nivel nacional es muy bajo con respecto a todo el número de patentes que hay en México".
De acuerdo con cifras del IMPI, en 2015 se solicitaron 18 mil 071 patentes a nivel nacional.
En promedio, las oficinas de transferencia tecnológica sólo intervienen en el 8 por ciento de ellas, según la encuesta de 2015 de la Red de Oficinas de Transferencia de Tecnología en México.
"Da igual si tienes la patente y no la comercializas. Es lo mismo que si publicas un artículo científico con la invención, porque al final valen lo mismo. Si no estamos transfiriendo la tecnología y no la estamos comercializando de nada va a servir que tengan un montón de patentes", alerta Chi Barrales.
El Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por ejemplo, cuenta con 200 solicitudes de patentes a nivel nacional e internacional y 80 patentes concedidas, pero de ellas sólo tiene 30 convenios de transferencia de tecnología, según datos del IMPI.
Desaprovechan oportunidades. De acuerdo con el Ranking de universidades, institutos, empresas e inventores en materia de solicitudes de patente del IMPI del período 2010 a 2016, la UNAM tramitó 303 solicitudes de patente; el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey presentó 220 y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), 150.
Sin embargo, la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM, sólo estableció 6 convenios de transferencia tecnológica en 2014, uno en 2015 y uno más en lo que va de este año.
En el caso del Politécnico se licenciaron tan sólo 8 paquetes tecnológicos en 2015.
"Una empresa puede desarrollar la tecnología, pero puede tardarse 2 ó 3 años, entonces si le ofrecen una tecnología que ya está validada, pues va a pagar por el uso, si no inmediato, sí a corto plazo y va a dar una retribución por eso", resalta Sánchez.
De acuerdo con la Asociación de Directores de Tecnología de las Universidades (AUTM, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos se generaron 28 millones de dólares por ventas netas de productos y en Canadá 1.1 millones dólares canadienses.
En México, no hay estadísticas disponibles para saber los ingresos por transferencia tecnológica.
"Conozco casos, pero son contados con los dedos de la mano y no porque no haya más, sino porque no existe una difusión clara e incluso las fuentes que hablan de transferencia tecnológica no podemos decir que los datos son 100 por ciento confiables", admite Sánchez.
MUY VERDES
Las universidades no logran transferir sus inventos porque en muchas ocasiones intentan comercializar prototipos, explica el también director de Pragmatec, oficina de transferencia tecnológica a través de la cual ayudan a instituciones a promover su oferta tecnológica y a negociarla.
"El demandante de tecnología tiene primero que validar que la tecnología funciona y evaluar que es pertinente y en ese proceso se caen muchos procesos de negociación, porque resulta que el investigador no había concluido el proceso de validación o lo ha hecho sólo en laboratorio, en una escala muy pequeña", explica.
"Hay muchas tecnologías que no están maduras para procesos de transferencia tecnológica".
Además, señala, intentan comercializar productos que no están acordes a la realidad de la sociedad.
Proponen eficiencia
Aumentar la eficiencia de los aceites lubricantes y disminuir la contaminación causada por estas sustancias fue la apuesta de Édgar Raygoza, estudiante de posdoctorado del Tecnológico de Monterrey campus Monterrey.
Édgar utilizó nanopartículas en lugar de químicos para los aditivos de los lubricantes y aumentó a más del 60 por ciento su rendimiento.
"Estamos reduciendo a una tercera parte del costo. Reducimos en más del 80 por ciento las emisiones del ambiente y lo más importante es que nuestros aditivos son biodegradables, entonces estas son las diferencias y lo que lo hace innovador", explica.
Los aditivos convencionales, precisa, están hechos a base de cloratos, fosfatos y sulfatos.
"Tenemos 75 años usando estos aditivos o esta tecnología y desde entonces no ha evolucionado", precisa el inventor.
"Son muy costosos y lo más importante es que son altamente tóxicos para el medio ambiente y si tomamos en cuenta que más o menos 26 millones de toneladas de desechos van a parar al medio ambiente es cuando cobra un poco de sentido nuestra tecnología".
De acuerdo con Raygoza, las nanopartículas permiten aumentar a más del 10 por ciento la vida útil de las herramientas.
Para comercializarlo, el Tec de Monterrey licenció la tecnología y creó una spin off llamada Global Nano Aditives.
"El Tec nos ha licenciado esa patente para que nosotros a través de la empresa podamos terminar de desarrollarla y ponerla en el mercado", destaca el ingeniero.
Actualmente, el inventor y emprendedor busca capital para escalar su empresa.
¿Qué es transferencia tecnológica?
Algunos datos sobre la transferencia: Es el proceso de ceder el uso de un conocimiento, de una tecnología o innovación de una organización a otra.
Impacta positivamente a la sociedad, ya que el conocimiento que generan las instituciones puede ser aplicado y redituar por esta transferencia
Tipos
Licenciamiento: se tiene una tecnología y se transfiere para que una empresa la ocupe durante un período y a cambio de ello haya una retribución económica por ventas, por utilidades, etcétera.
Spin off: creación de empresas tecnológicas que surgen del investigador que lanzó el invento. La empresa es propiedad suya; pero también es propiedad de la institución, entonces existe un esquema de colaboración en el que la institución es socio y por lo tanto posee acciones de la empresa.
Join ventures: en este esquema puede asociarse una empresa con la universidad para concluir los desarrollos tecnológicos y compartir beneficios.
A detacar
8 mil 017 solicitudes de patentes registró el IMPI en 2015
9 por ciento correspondieron a mexicanos
25 por ciento de ese porcentaje fue de universidades
Hacen negocio
Éstas son las cifras de patentes registradas en otros países, así como los licenciamientos, es decir, las que ya se comercializan, y los ingresos generados.
Según la Encuesta de Licenciamiento de 2014 de la Asociación de Directores de Tecnología de las Universidades, Estados Unidos generó:
6 mil 363 patentes
5 mil 435 licenciamientos
965 productos comerciales nuevos
28 millones de dólares por ventas
Según la Encuesta de Licenciamiento de 2014 de la Asociación de Directores de Tecnología de las Universidades, Canadá generó:
493 licenciamientos
1.1 millones de dólares canadienses por ventas
De acuerdo con el reporte de 2015 del Instituto de Estrategia y Estudios Internacionales, la Universidad de Oxford generó:
103 patentes
529 licenciamientos
24.6 millones de libras esterlinas
13.6 millones de libras esterlinas de retorno a la universidad y a sus investigadores
25 millones de libras esterlinas de fondeo trasnacional ganado por investigadores de la Universidad
De acuerdo con la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), China generó en 2014:
928 mil 177 solicitudes de patente
41.09 millones de dólares por contratos de importación de tecnología
De acuerdo con IMPI, en México se solicitaron:
18 mil patentes
No hay datos sobre cuántas se transfirieron
No hay datos sobre cuánto redituaron
