El alcalde Miguel Riquelme Solís reconoce que se endurecieron las inspecciones y vigilancia contra los bares, restaurantes y otros negocios con autorización para venta de alcoholes. Asegura que estas medidas permanecerán, porque son necesarias para mantener el orden y las garantías de seguridad de quienes acuden a estos establecimientos.
Esto es "resultado de que a algunos comerciantes se les olvidó que no se permite la entrada a menores de edad, tampoco venderles bebidas embriagantes, ni la violación a los horarios de venta, así como tampoco que los escoltas invadan la vía pública".
El presidente municipal llamó a la calma a los propietarios de estos giros comerciales al informarles que no se aprobarán las reformas al Reglamento de Alcoholes hasta que se dialogue con los organismos empresariales. "No tienen nada de que espantarse, porque no hay nada nuevo, sólo algunas precisiones claras para que no se les olvide cumplirlas".
Destaca que "no habrá cambios en algo que los involucrados no conozcan".
Expresó que el Reglamento de Alcoholes no va más allá de lo que dice la Ley de Alcoholes del Estado que está en vigencia, "es a la que estamos sujetos todos".
La preocupación es que en la operación diaria de estos negocios que tienen actualmente una importante demanda, "se brinden las garantías de seguridad, tanto para los asistentes y los mismos propietarios de manera que tengan los elementos legales para conocer sus obligaciones y nosotros también para establecer cualquier proceso legal que sea necesario", dijo el alcalde.
Ante la inquietud que han expresado algunas organizaciones como el sector restaurantero por los ajustes que se harán al Reglamento de Alcoholes -que no tiene modificaciones desde el año 2012- el alcalde señala que se va seguir actuando con firmeza "para que luego no se digan sorprendidos".
Explica que "se va a seguir actuando con precisión en el marco regulatorio y sin sorpresas para nadie, mientras cumplan".
AÑOS
Desde que no se reforma el Reglamento de Alcoholes.