Polémica. Ludwig Müller anunció la nueva disposición del Vaticano.
Las cenizas de los católicos que desean ser cremados no pueden ser esparcidas, divididas ni conservadas en la casa sino que deben ser guardadas en un lugar aprobado por la iglesia y consagrado, de acuerdo con nuevas normas emitidas por el Vaticano el martes.
Las instrucciones fueron divulgadas días antes del Día de Difuntos, 2 de noviembre, en el cual los fieles recuerdan a sus muertos y oran por ellos.
Durante la mayor parte de su historia bimilenaria, la Iglesia católica sólo permitió el entierro con el argumento de que expresaba mejor la esperanza en la resurrección. Pero en 1963, el Vaticano autorizó explícitamente la cremación siempre que no implicara una negación de la fe en la resurrección.
El nuevo documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe insiste en que es preferible el entierro.