Deuda de México
Magnífico artículo de Sergio Sarmiento, entre otras cosas colaborador de la Sección editorial de El Siglo de Torreón y en la edición de Siglo Nuevo del sábado 8 de octubre de este año, nos habla y explica el peligro de la gran deuda externa del gobierno mexicano y sus consecuencias para las futuras generaciones, léase nuestros hijos y nietos, sobrinos, etcétera; de todos los mexicanos, pobres y ricos y de las consecuencias actuales. Reducir los gastos del gobierno y la burocracia, de programas “pseudosociales” que no benefician más que efímeramente a los más necesitados y pobres, y lo que puede afectar en cosas importantes como el gasto en educación, que sí es buena, es una inversión para mejorar el nivel de vida del país y de los ciudadanos, a condición de que se generen fuentes de trabajo. Advierto que no me simpatiza el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, pero el actual presidente ha doblado la deuda pública, ha endeudado al país más que todos los demás juntos, y para colmo la tasa de desempleo, la ayuda con bonos para comidas y demás ayudas a los afroamericanos y de descendencia latina, por desgracia ha subido a niveles ya alarmantes y sin beneficiarlos.
Mi conclusión es como la de Sarmiento, en México endeudarse para aumentar el gasto público y no a inversiones productivas nos lleva al fracaso.
Es conveniente recordar que con Hillary, demócrata, seguiría el endeudamiento, Obamacare, etc., y que cuando a los Estados Unidos estornudan con un resfrío, a México le contagian pulmonía.
Defiendo el derecho que cada persona tiene de opinar y elegir por quien votar sólo que es conveniente analizar hechos y no teorías, y actuar en materia económica un poco más con la cabeza y un poco menos con el corazón.
Recomiendo la lectura en revista Siglo Nuevo de la columna de Sergio Sarmiento. Estoy de acuerdo con él, siempre que hable de economía, en otros temas difiero, pero este artículo en particular estoy cien por ciento de acuerdo. En España dirían: México tiene una deuda pública grande, en los Estados Unidos también, pero a lo bestia.
Raymundo Portilla,
Tec de Monterrey.
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Educarlos en el servicio
A los hijos también hay que educarlos en el servicio. Una familia normal es un equipo de trabajo con pocas tareas: tender la cama, limpiar los cuartos, lavar los platos, pintar la casa, etcétera. Hay que educarlos para que realicen labores de hogar, aunque lo hagan mal al principio. Si no hacen este tipo de servicios luego tendrán problemas. Las escuelas más importantes de liderazgo del mundo enseñan a los jóvenes a carecer, para que sepan y entiendan el mundo y lo puedan liderar.
¿Mesadas? Que sean una cantidad fija, más bien, semanales y algo menos de lo que creen que necesitan. Así aprenden a administrar el dinero. Claro que se deben aceptar excepciones, pero conversadas serenamente.
Jesús Martínez,
Madrid, Girona, España.
