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2010: Fallece Antonio Alatorre, una de las mentes mexicanas más lúcidas

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Este viernes se cumplen seis años de la muerte del escritor, traductor y filólogo mexicano Antonio Alatorre Chávez, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1998, quien es considerado uno de los estudiosos que más ha contribuido al conocimiento de la literatura española e hispanoamericana de todos los tiempos.

Poseedor de la Beca Guggenheim en 1960 y miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua, Alatorre Chávez falleció el 21 de octubre de 2010, siendo reconocido por sus influyentes ensayos académicos sobre la literatura en español y por su libro Los 1001 años de la lengua española.

Antonio Alatorre Chávez nació en Autlán de la Grana, Jalisco, el 25 de julio de 1922, y de acuerdo con datos biográficos difundidos por el Colegio Nacional, estudió la secundaria en un instituto religioso en el que aprendió latín, griego, francés e inglés.

El escritor realizó estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y de Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, cursó filología en El Colegio de México (Colmex).

Viajó a España y Francia para continuar con sus investigaciones literarias, allí asistió a las cátedras del hispanista francés Marcel Bataillon (1895-1977) y del historiador Edmond Faral (1882-1958), en el Collège de France. Mientras que en México fue discípulo de dos grandes maestros: el escritor mexicano Juan José Arreola (1918-2001) y el filólogo argentino Raimundo Lida (1908-1979).

Gracias a la especialización y profundización en las letras hispánicas que adquirió en Europa, el escritor realizó valiosos estudios literarios centrados en la vida y obra de los principales autores españoles del Siglo de Oro.

Tal es el caso de Garcilazo de la Vega (1501-1536), Fernando de Herrera (1534-1597), Luis de Góngora (1561-1627) y Francisco de Quevedo (1580-1645), así como de las figuras mexicanas Juan Ruiz de Alarcón (1580-1639) y Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), destaca el sitio electrónico mcnbiografias.com.

Fue catedrático de educación media y superior desde 1943 e impartió cursos y conferencias en universidades de Estados Unidos, Japón e India.

Impulsado por su vocación humanística, en 1945, junto a los escritores mexicanos Juan José Arreola y Juan Rulfo (1917-1986), editó en Guadalajara la revista Pan.

A partir de 1952 y durante siete años, Alatorre editó una de las publicaciones filológicas que más prestigio alcanzaron a mediados del siglo XX, la Nueva Revista de Filología Hispánica, en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, cuya dirección asumió en 1960, indica el portal web literatura.bellasartes.gob.mx.

Gracias a ello, empezó a desarrollar una obra propia como editor, traductor, filólogo y crítico. También fue el momento en el que se probó como profesor de múltiples generaciones de estudiantes.

Además, fue codirector de la Revista Mexicana de Literatura, de 1958 a 1960, en colaboración con el poeta español Tomás Segovia (1927-2011). En 1960, Alatorre obtuvo la beca Guggenheim.

Al margen de estos trabajos filológicos, el traductor se ocupó durante muchos años del teatro universitario de México, desde el denominado "Grupo Alatorre", en el que realizó una serie de aportaciones musicales que incluían en las representaciones canciones de la antigua tradición lírica española.

También contribuyó en espectáculos dramático-recitativos que fueron bautizados como "Poesía en voz alta", con los que recorrió los escenarios universitarios mexicanos durante más de tres lustros.

Por su labor como investigador y el conjunto de las demás actividades culturales, fue distinguido con la entrega de la Medalla José María Vigil en 1956.

De acuerdo al sitio electrónico del Premio Nacional de Ciencias y Artes, Alatorre impartió cursos de introducción a los estudios literarios, teoría y críticas literarias, literatura española, especialmente de poesía de los siglos de oro, estilística, lingüística, así como seminarios de crítica, traducción de lenguas clásicas y de edición de textos.

La UNAM recopiló su trabajo como traductor de textos griegos y latinos en las ediciones de la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, y gracias a sus traducciones de autores de otras lenguas, se han podido publicar libros de texto que han servido a lo lardo de los años a multitudes de estudiantes universitarios.

Sus aportaciones al conocimiento del lenguaje en sus más diversas manifestaciones se aprecian en su instructiva obra Los 1,001 años de la lengua española (1979), donde Alatorre llevó al lector por un recorrido de más de un milenio por los meandros y recodos más destacables del idioma.

El 26 de junio de 1981 fue nombrado miembro del Colegio Nacional y profesor investigador emérito de El Colmex, desde 1990. Además se desarrolló como Investigador Emérito en el Sistema Nacional de Investigadores, a partir de 1993.

De su obra destacan: La tradición clásica: influencias griegas y romanas en la Literatura occidental (1954), Más allá del horizonte (1980), Ensayos sobre crítica literaria (1993), Enigmas ofrecidos a la casa del placer de Sor Juana Inés de la Cruz (1994), El apogeo del castellano (1996), Juego de espejos visión multidisciplinaria.

También se pueden resaltar sus publicaciones: Homenaje a Jorge Luis Borges (1999), El brujo de Autlán (2001), El sueño erótico en la poesía española de los siglos de oro (2003), Cuatro ensayos sobre arte poética (2007) y Sor Juana a través de los siglos (1668-1910).

Entre los numerosos premios que recibió destacan: el Jalisco (1994), el titular de la cátedra Italo Calvino (1994), el Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura (1998), el José Gaos, otorgado por el Instituto de Intérpretes y Traductores (1991).

Antonio Alatorre perteneció a la Asociación Internacional de Hispanistas, a la Association Internationales de Littérature Comparée, al Programa Interamericano de Lingüística y Enseñanza de Idioma, y a la Asociación de Lingüistas y Filólogos de América Latina.

Fue miembro de la Fédération Internationale des Langues et Littérature Modernes, del Conseil International de la Philosophie et des Sciences Humaines.

En 2013, como parte de un homenaje al destacado filólogo, el Centro Universitario de la Costa Sur reinauguró el acervo del campus universitario, con el nombre del insigne autlense, quien murió el 21 de octubre de 2010, en la Ciudad de México.

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