México y la muerte prematura de los inventos

En México, muchos inventos "mueren" antes de ver la luz y probar suerte en la industria, por la falta de una política de protección a la propiedad industrial que promueva el registro de patentes y facilite su trámite.

La patente es el derecho de exclusividad que otorga el Estado sobre una invención por un periodo de 20 años, a partir de que el titular tramita la solicitud ante el Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual (IMPI).

Esta protección de la propiedad intelectual "ofrece seguridad jurídica y atrae inversión", afirma Bernardo Herrerías, director de la Asociación Mexicana de Protección de la Propiedad Intelectual (AMPPI).

Pero "los mexicanos no tomamos medidas para proteger nuestros nuevos productos y permitimos que las imitaciones de otras parte del mundo nos compitan, cuando pudimos evitarlo", afirma Mauricio Jalife, especialista en derecho de la Propiedad Intelectual.

México ocupa el lugar 36 de una lista de 170 países por el número de solicitudes de patentes, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Esa posición lo coloca por debajo de Malasia (33), Singapur (26) y Brasil (23).

México tiene 2,287 solicitudes, Malasia 2, 661, Singapur 5, 927 y Brasil 6,712, de acuerdo con cifras de la OMPI de 2015.

De las solicitudes de patentes que ingresan cada año, el IMPI otorga 75% y rechaza el resto porque el solicitante no cumplió con los requisitos que marca la ley o abandonó el proceso.

Además, algunas patentes se pierden porque no cumplen con el principio de novedad, ya que por desconocimiento o para recibir estímulos económicos, los investigadores divulgan su invención.

En caso de que una invento ya esté publicado, explica, el IMPI tiene un plazo "de gracia" de 12 meses, a partir de la fecha de esa divulgación, para que el investigador ingrese su solicitud de patente.

El año pasado el IMPI recibió 18,071 solicitudes de patentes mexicanas y extranjeras, pero sólo otorgó 9,338. "Lo que patentan los mexicanos en México representa 10% de lo que registran en California, Estados Unidos", afirma Fabián González, director de Clarke Modet & Co., una empresa dedicada al registro, mantenimiento y defensa de la Propiedad Industrial e Intelectual.

Esas cifras evidencian el rezago de México en materia de propiedad intelectual, a pesar del esfuerzo de modernización a que obligó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y después del ingreso a la Organización Mundial de Comercio, afirma Jalife.

Hace 20 años, dice, se promulgaron nuevas leyes de propiedad industrial y de derechos de autor, como la Ley Federal de Variedades Vegetales. También se formó la fiscalía antipiratería y se constituyó el IMPI. "Pero en los últimos diez años sólo ha habido ajustes inerciales".

Por eso, dice, con la probable aprobación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) es momento de valorar a las patentes y su importancia para la competencia. "Son una fuente de generación de riqueza a mediano y largo plazo", asegura.

Jalife incluso considera que México deberá hacer concesiones en propiedad intelectual para tener otras ventajas comerciales propias del TPP, "como en cuotas, aranceles, intercambios e inversión", explica .

Pero la función más relevante en el tema de la propiedad intelectual corresponde a la industria, asegura Rodrigo Castañeda, vicepresidente nacional de Innovación, Desarrollo de Ciencia y Tecnología, de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

Es indispensable para "lograr que un desarrollo tecnológico se lleve a mercado y genere un impacto del desarrollo económico", dice.

Jalife, sin embargo, advierte que en "la triple hélice" que forman industria, academia y gobierno, "no puede faltar una de las tres patas de la mesa porque se cae".

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