¿Está muy avanzado?

En un mundo cada vez más globalizado, es normal que las nuevas generaciones crezcan al unísono de la tecnología. Cada vez es más común ver a los pequeños divertirse con juegos y videos de entretenimiento en computadoras, tablets y celulares.

Tal es su capacidad de aprendizaje, que en muchas ocasiones llega a sorprendernos que ellos hagan uso de funciones que para nosotros tal vez sean desconocidas, pero no todo es miel sobre hojuelas. Como en todo, los excesos suelen repercutir en situaciones negativas, y los gadgets no son la excepción.

El efecto en su salud

Hace 3 años, la Asociación Japonesa de Pediatría inició una campaña para restringir el uso prolongado de estos aparatos electrónicos bajo el título de “No permitas que los smartphones sean una niñera de tus hijos”. Sin embargo, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría revelaron unas medidas para regular el uso de la tecnología en los menores: los bebés de 0-2 años no deberán tener contacto alguno con la tecnología, los de 3 a 5 años podrán hacer uso máximo una hora por día y los de 6 a 12 años, dos horas al día.

Y es que una de las repercusiones más grandes que tiene el excesivo uso de estos gadgets en los menores se ve reflejada tanto en su bajo rendimiento físico como mental.

Sabemos que podemos manejar a nuestro gusto el nivel de brillo de nuestro gadget, pero la luz proveniente de los dispositivos electrónicos perjudica mayormente por la noche, debido a que altera el ritmo biológico, el cual es responsable de la secreción de las sustancias hormonales durante el sueño, como la melatonina, prolactina, cortisol y la hormona de crecimiento, la cual alcanza su nivel máximo poco después de quedarse dormido. De tal manera que, si no moderamos su uso, las consecuencias se harán notorias por la mañana siguiente con un cansancio y una fase atrasada de sueño; por lo que el ámbito escolar será el afectado con un bajo desempeño.

La irritabilidad, los cambios de carácter, los problemas de atención, el aumento de la frecuencia de micción nocturna o enuresis y la ansiedad a la hora de dormir, son algunas de las señales de que el niño está padeciendo tratornos del sueño a causa del uso del dispositivo electrónico.

La posible solución

Por otra parte, tampoco es recomendable restringirle el acceso a la tecnología, a fin de cuentas, somos nosotros quienes vivimos esta revolucionaria generación, y los pequeños no pueden estar fuera de ella.

Entonces, resulta natural que toda la energía que tienen los niños se vea directamente reflejada en el uso que les dan a estos aparatos. Tanto así que son pocos los que se sientan en silencio a ver la televisión, a menudo suelen hablar del programa o imitar a los personajes que aparecen en pantalla, por lo que toda esta hiperactividad por la tecnología puede aprovecharse de buena manera con aplicaciones educativas.

En caso de que alguien más ponga en sus manos un dispositivo electrónico, lo ideal será tener cerca en todo momento al pequeño para vigilarlo. No obstante, los nuevos sistemas operativos permiten un modo para niños que restringe el acceso a ciertas aplicaciones del dispositivo como los mensajes de texto o el teléfono.

Probablemente ellos despiertan su curiosidad al ver a los adultos hacer uso de estos artefactos. Para no incitarlos, lo más recomendable es que ellos encuentren aburrido el dispositivo, diciéndoles que no posee ningún juego instalado con el cual ellos puedan divertirse.

Los niños tienen tanto derecho como nosotros para usar las nuevas tecnologías, sólo que es nuestra responsabilidad moderarles el tiempo que pasan en ellas y enseñarles que todo esto tiene un fin positivo.

Volviendo al origen

Según un estudio publicado por la revista Psiquiatría Molecular, el 50 por ciento de la inteligencia de los hijos viene determinada según sus genes, el resto vendrá de las experiencias que viva a lo largo de su vida.

Es por ello que Álvaro Bilbao, doctor en psicología, neuropsicólogo y autor del libro “El cerebro del niño explicado a los padres”, destaca la importancia del desarrollo del potencial intelectual de cualquier niño.

La diferencia entre la inteligencia de un pequeño y otro, se verá entonces marcada por la conexiones neuronales que logro desarrollar.

Para que los padres puedan lograr su cometido de hacer más inteligentes a sus hijos, el especialista recomienda apuntarlo a actividades artísticas preferentemente música, fomentar la lectura y ponerlo a ver películas en otros idiomas.

Por lo contrario, un niño al que se le promueve el uso de los dispositivos tecnológicos se le puede estar afectando su cerebro y las capacidades de desarrollo tanto social como emocional.

Según un estudio publicado en la revista Pediatrics por la Universidad de Boston, el smartphone y las tabletas generan estímulos tan rápidos e intensos que el cerebro del los pequeños no tiene la capacidad de manejar.

Estas herramientas pueden ser un complemento de su educación pero solo a partir de los 3 años y de acuerdo al estudio no los harán más inteligentes, solo tiene un efecto superficial que los hace más “sabiondos”.