'Para mí es el trabajo perfecto'

Once de la mañana, después de solicitar un servicio a través de la aplicación móvil de Uber, en cinco minutos exactos llega la respuesta. El carro, un Honda del año, el conductor es Gabriel, un joven lagunero de 25 años edad que estudia mecatrónica.

-Buena tardes, ¿Cómo está?, Bienvenido, son las palabras con la que el conductor del nuevo modelo de transporte público me recibe.

La diferencias son muchas: el taxi tradicional no tiene clima, en ocasiones la música y el volumen, dependen del gusto o el estado de ánimo del conductor, si hay suerte, está en buenas condiciones y limpio. Acá es sencillo: "¿Quiere que le cambie a la estación? ¿Apago la música? ¿Le bajo al clima? Lo que usted indique señor".

Además de no pagar en efectivo, recibir la factura al instante en el correo electrónico, y poder calificar el servicio recibido, Uber exige a sus conductores tener impecable presentación y no rechazar ningún viaje, ser amables y complacer al usuario.

"Para mí es el trabajo perfecto, lo puedo combinar con mis estudios, algo imposible en cualquier otro modelo laboral; esa fue la principal razón que me llevó a asociarme", me explica Gabriel, quien para las 11:00 de la mañana ya había recibido tres felicitaciones por los tres viajes que había realizado en el primer día de operaciones en Torreón.

En el modelo tradicional de taxi, si hubiera contado con taxímetro algo que no todos los conductores cumplen, el mismo viaje hubiera marcado 38 pesos, en Uber marcó 42 pesos.

OPORTUNIDAD

Después de trabajar 15 años en la banca, en diferentes instituciones, hace seis meses Lizeth se quedó sin trabajo. La semana pasada un amigo suyo que se vino de Monterrey exclusivamente a Torreón para afiliarse y trabajar en Uber, la convenció de que era una buena oportunidad de romper la racha de seis meses en la banca de los desempleados.

VIAJE

A las 1:30 de la tarde del pasado martes 2 de agosto, hacía su décimo viaje, estaba contenta, pero nerviosa. "Es que me dicen que están quitando los carros y que la multa es cara, que los taxistas dijeron que iban a agredirnos, eso me asusta".

Aunque luego le cambia el rostro y suelta una sonrisa cuando habla de sus diez experiencias.

"Muy padre, me dicen que qué bonito carro (un Versa 2015), que bueno que tiene clima, que hacía falta el servicio así en la región, que soy muy amable, hasta ahorita me ha parecido padre la experiencia, aunque no crea, estoy inquieta y pidiendo que el fin de semana no me toquen borrachos, para una mujer es algo incómodo y no podemos rechazar ningún viaje".

Antes de bajarme la joven conductora ofrece disculpas, se pasó tres casas después del lugar indicado, a pesar de que le digo que está bien, dice que no, da vuelta y me deja frente a la puerta. A los 30 segundos el teléfono me indica que mi factura por 29 pesos ha llegado, en taxi el mismo viaje marcaba en promedio 20 pesos.

A las 4:00 de la tarde pasa por mí Iván, sonriente me saluda por mi nombre, en su Sentra, los acordes de un delicioso bossa nova me reciben. "Si quiere le cambio, es que me encanta Caetano", dice mientras me pregunta que si está cómoda la distancia de la silla y como la nariz delata mi alergia, me pregunta que si apaga o le baja al clima.

Está contento porque después de casi un año sin trabajo, hoy su esposa le dio la bendición en su primer día de trabajo. Tras haber sido seleccionado en un recorte de su empresa, a este ingeniero no le respondían en los lugares donde dejaba su currículo, incluso en trabajos ajenos a su carrera.

Su noveno viaje le confirma que ahora el panorama le mejora. No sólo porque va bien en su nuevo trabajo en Uber, sino porque dice todos los clientes que ha llevado a un destino le han dado la mano y lo han felicitado. De nueva cuenta pago 29 pesos.

8:30 de la noche y el último servicio es igual. Ahora es un hombre de mediana edad, amable y a bordo de un Focus casi nuevo. También el desempleo lo motivó a asociarse a Uber. "Estoy feliz, ya tengo trabajo y me gusta, es un servicio de lujo y la gente que he subido, doce personas hasta ahora, han sido agradecidas, eso me motiva".

"Estamos para servirle joven, gracias por usar nuestro servicio, espero que su viaje haya sido placentero", remata Héctor. De los 22 pesos que tradicionalmente pagaba en taxi, mi viaje subió a 28.