Saludo. El Papa saluda a los fieles desde la ventana papal en el palacio de los arzobispos.
El Papa Francisco fue recibido ayer con entusiasmo por el pueblo polaco, en una visita apostólica marcada por la memoria de Juan Pablo II, el hijo predilecto de una nación que todavía lo recuerda como si viviera.
No por casualidad, antes de partir con destino a esta ciudad, Jorge Mario Bergoglio decidió dirigirse ante la tumba de Karol Wojtyla ubicada en una de las capillas de la Basílica de San Pedro para encomendar su viaje.
Allí se encontró con un grupo de enfermos de cáncer, con quienes rezó. Luego, poco después del mediodía, al salir de su residencia en el Vaticano, la Casa de Santa Marta, fue saludado por un grupo de 15 jóvenes refugiados que llevan poco tiempo en Roma y aún no cuentan con sus documentos legales.
Poco antes de las 16:00 horas locales (15:00 GMT) el avión del Papa aterrizó en el aeropuerto de Cracovia y allí fue recibido por un numeroso grupo de polacos, muchos de ellos enfundados en sus coloridos trajes típicos.
Mujeres y niñas, jóvenes y familias enteras entonaron cantos típicos para celebrar a su huésped especial. La ceremonia de bienvenida fue breve, sólo consistió en el saludo de las delegaciones y los himnos, tanto de Polonia como del Vaticano.
Inmediatamente después Bergoglio abordó un vehículo utilitario azul y se dirigió hasta el centro de esta ciudad, donde abordó por primera vez el papamóvil para saludar a una multitud en las calles, de camino hasta el histórico complejo del Wawel.
Allí dirigió un mensaje ante la clase política y diplomática del país antes de reunirse en privado con el presidente de la República, Andrzej Duda. Y luego sostuvo un encuentro, también a puerta cerrada, con los obispos polacos.
REUNIÓN CON OBISPOS
Al reunirse en privado con los obispos polacos en la catedral de Cracovia, el Papa respondió a sus preguntas sobre la secularización y el tema de los refugiados en Europa, según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Sobre el proceso de secularización, "o descristianización como lo llamó", según Gadecki, Francisco explicó que el problema es que "Dios viene eliminado de la perspectiva de la vida del hombre, que al mismo tiempo continúa en busca de algo", y pidió un estilo pastoral "más cercano".
Por su parte, Lombardi señaló que el Papa habló de la "idolatría del dinero, de la solidaridad y del compromiso concreto" y sobre los refugiados les indicó que "es un problema que hay que resolver desde la raíz, desde sus países de origen".
MENSAJE A LOS JÓVENES
Más tarde, en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el papa Francisco puso como ejemplo a los jóvenes reunidos en Cracovia, la fuerza y fe de un voluntario polaco de 22 años que falleció el pasado 2 de julio por un cáncer.
Francisco les dijo: "Tendré que decir una cosa que os pondrá tristes".
Les hablo de Maciej Ciescla, un chico de 22 años, que trabajó durante meses como voluntario para la JMJ "haciendo los diseños de las banderas y de las imágenes de los santos patrones, que adornan la ciudad".
"Pero se le diagnosticó un cáncer en noviembre y a pesar de que se le amputó la pierna no se pudo hacer nada y murió el 2 de julio", relató.
Entonces pidió a lo chicos que se acostumbren "a las cosas buenas y a las cosas malas, pues así es la vida" pero que no duden "de la fe de este joven".
"Gracias a estos jóvenes valientes que nos hacen seguir adelante en la vida. No tengáis miedo que Dios da y es bueno", les dijo.
Francisco después en referencia a la triste noticia les dijo: "Ahora diréis que el papa os ha arruinado la noche" e invitó a los jóvenes a hacer "su deber" y "armar jaleo toda la noche y hacer ver vuestra alegría cristiana".
El papa permanecerá en Cracovia hasta el 31 de julio y saludará cada noche desde el balcón de la residencia de los obispos, donde se alojará estos cuatro días.
Líderes religiosos piden protección a Francia
Los líderes de las grandes religiones de Francia, que fueron recibidos ayer por el presidente François Hollande, un día después de que un cura fuera asesinado en su iglesia en un atentado yihadista, pidieron una mayor protección de los centros de culto.
El rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, dijo esperar que los "centros de culto judíos, cristianos, musulmanes, sean objeto de una mayor atención" porque incluso "el más humilde es también objeto de agresión".
Boubakeur, condenó el "sacrilegio blasfemo" del asesinato del párroco Jacques Hamel. "Es un acto al margen del Islam que todos los musulmanes de Francia rechazan de la forma más firme", señaló.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia y arzobispo de París, André Vingt-Trois, pidió a los católicos que eviten la tentación de la venganza y que no pierdan el sentido de su fe, pues el Estado Islámico pretende enfrentarlos a unos con otros. "La relación particularmente armoniosa entre nuestras diferentes religiones en Francia es un recurso importante para la cohesión de nuestra sociedad", insistió.
