SEGÚN ES BIEN SABIDO TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A ROMA.
Sin embargo yo conocí un camino que no llevaba a Roma.
¿Adónde llevaba ese camino?
Nadie lo sabía, y yo menos que nadie. Ni siquiera el camino sabía a dónde llevaba.
Los caminos que llevan a Roma son muy necesarios. Si no existieran ¿quién llevaría a Roma? Lo malo de ellos es que son muy predecibles: desde el principio sabes que todos te llevarán a Roma.
Por eso cuando me llegó el momento de escoger camino yo tomé el que no llevaba a Roma.
Por él voy ahora, sin saber a dónde me llevará.
Quizá me llevará a todas partes, y eso es emocionante.
Quizá no me llevará a ninguna, y eso es más emocionante aún.
Lo cierto es que no todos los caminos llevan a Roma.
Y eso es muy bueno.
¡Hasta mañana!...