El sentimiento de Amaia se respira en sus letras y se transpira en su voz. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Quizá el sello de La Oreja de Van Gogh jamás se borrará de Amaia Montero y el público, como anoche, le pedirá esos éxitos. Pero hay más allá de La Oreja, una mujer sobria, una voz familiar y un sentimiento diferente, ella tan española es para los mexicanos alguien familiar, al menos así se sintió anoche en Durango en su concierto en la Fenadu 2016.
Seguramente el escenario fue el mejor aliado de Amaia, quien se presentó en La Velaria con tour “Si Dios quiere yo también”, pues aunque el público no abarrotó, sí se sintió ese calor de quien sabe lo que va a escuchar y a quien va a ver, al menos a la hora de cantar nadie desafinó.