Crítico. En sus reflexiones sobre el PRI, el politólogo Lorenzo Meyera, no hace concesiones.
El futuro del PRI está marcado por su pasado. "El PRI, como institución, ya tiene una historia de corrupción hasta la médula que no se puede quitar de encima", dice Lorenzo Meyer, politógolo, historiador, colaborador de El Siglo de Torreón y autor de libros como Nuestra tragedia persistente y La democracia autoritaria en México.
En entrevista, Meyer habla del PRI que hoy está a punto de un nuevo relevo en su dirigencia, de su historia "autoritaria" y "antidemocrática", de la falta de "personajes" priistas que despunten para las elecciones de 2018 y del "maldito sistema de partidos que no ofrece opciones a los mexicanos".
Dice: "Si la mala suerte nos vuelve a visitar, en 2018 tendremos de nuevo al PRI, pero no tendremos respuesta a las demandas sociales, y la situación que hoy tenemos se puede prolongar ad infinitum. Es una manera muy mala de vivir la vida colectiva, la vida pública, de una calidad pésima. No sólo mediocre, sino francamente mala, humillante".
NACIÓ COMO PARTIDO ESTADO
Lorenzo Meyer ha dedicado parte de su producción intelectual a explicar la vida política y económica de México.
Hay temas que lo apasiones y que alimentan sus artículos, ensayos, libros y reflexiones. El petróleo y las relaciones internacionales de México, entre ellos. Pero destaca particularmente su análisis político del país, siempre a la luz de la historia.
En sus reflexiones sobre el PRI no hay concesiones: "Nació no para compartir el poder ni para ejercerlo democráticamente. Es un partido autoritario y eso no se le puede quitar ni de chiste. Todos los partidos nacen con su sello y nunca se lo quitan. El sello del PRI es nacer como partido Estado, no nació para competir sino para administrar, porque el poder se lo dieron, en 1929, los grupos de la Revolución mexicana y no los votos. No fueron los votos sino las balas lo que los puso en el poder".
A partir de allí, explica, ese partido ha sido "un aparato muy bien plantado en la sociedad mexicana", convertido en el "gran apoyo del presidencialismo autoritario", que no cambió con la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia.
"El grupo del Estado de México que se hace cargo de la Presidencia y de muchos de los cargos del gobierno federal es un grupo que desde el principio tuvo el uso patrimonial de los recursos del Estado de México. Carlos Hank González, como gobernador y como hombre fuerte del Estado de México, es un ejemplo de cómo se usa el poder político para crear una fortuna familiar enorme. De esa tradición viene el grupo actual, y entonces el PRI de hoy, de 2016, es el viejo PRI".
Meyer afirma que con la vuelta al poder del PRI, "esa corrupción que era parte del sistema, pero que se desborda, ahora es una de las características centrales de su forma de gobernar".
SUS MALOS EJEMPLOS
Un ejemplo de ese PRI "corrupto y antidemocrático" son sus gobernadores, dice. "Son sistemáticas las historias de gobernadores incapaces, corruptos y abusivos, que desprestigian la idea misma de política".
Pero los resultados en las elecciones de junio pasado, explica, fueron no sólo una reacción social en contra ellos, sino del sistema que representan. "Fueron un castigo para gobernador saliente, pero también a la estructura en la que ese gobernador está inserto".
Dice: "Pero los gobernador adquirieron una independencia que no hubieran imaginado hace 20 o 30 años, son muy independientes, pero al final la Presidencia es también responsable porque los dejó hacer, porque no dijo nada, porque estaba conforme con políticas como las de Veracruz".
A pesar de todo lo anterior, Meyer mira con escepticismo -si no con pesimismo- las posibilidades democráticas de la alternancia en el país. "El PRI está en entredicho por su ineficacia y su deshonestidad. Las encuestas muestran que Peña Nieto ya no tiene el apoyo ni la simpatía ni siquiera de la mitad de los ciudadanos. Pero que un gobierno, un partido, un régimen se desprestigie, no quiere decir que vaya a dejar el poder, porque se necesita de la opción, y la opción ahora son el PAN y el PRD, y los dos dan lástima, son unos partidos llenos de problemas internos y sin legitimidad".
Morena, dice, es "la única opción que hay ahora". Apenas emerge, explica, y "quizá para 2018 pueda aparecer con más fuerza en el centro y sur del país. "Esta opción no le gusta nada a los conservadores, pero no pueden negar que es la única, porque el PAN ya probó que no es más que una variante de lo mismo".
Para Lorenzo Meyer, el telón de fondo de este juego de posibilidades entre partidos es un "fallido" sistema de partidos, que no representa a la sociedad, no refleja los intereses de la mayoría de la sociedad. Refleja los intereses de las dirigencias de esos partidos, que están lejísimos de la gente".
Si bien admite que difícilmente algún un sistema de partidos en el mundo puede reflejar lo que realmente quiere la gente, "el nuestro es particularmente distorsionador de los intereses de la mayoría".
Dice: "Lo que falla es el maldito sistema de partidos, que no hay una opción clara para todos. Que todos digan: aquí está A, B y C y puedo elegir. En el norte no hay más que A y B, y los dos ya probaron que son un fracaso".
La sociedad no tiene muchas opciones, pero también está ya muy cansada, afirma. "El PRI llegó en 2012 para quedarse, porque esa es su esencia, pero la sociedad mexicana ya no es la misma. No sé si le va a dejar quedarse, pero si lo apuntala para 2018, nos pueden salir varios Oaxacas".
El PRI, dice, tiene el poder pero se le acumulan los problemas. "No puede resolver Ayotzinapa, no puede resolver el problema de la Reforma Educativa, la gran Reforma Energética no ha mostrado el crecimiento económico que prometió, tiene problemas hasta con los médicos".
Sin candidato fuerte
-Mira a algún priista con capacidad para despuntar en el 2018?
Meyer devuelve la pregunta. "¿Quien puede ser el candidato para el 18? ¿Miguel Ángel Osorio Chong (secretario de Gobernación) y su experiencia de Hidalgo extendida a la nación (fue gobernador en esa entidad), como Peña Nieto fue la experiencia de Atlacomulco extendida al resto de la nación. ¿Personajes que desde el centro y sin tener contacto con la sociedad toman decisiones como (Aurelio) Nuño? ¿Esos son los personajes que están disponibles? Sí, esos son, y no hay uno particularmente interesante. Pero supongamos que aparece uno interesante. El punto es la institucionalidad. El PRI como institución ya tiene una historia de corrupción hasta la médula que no se puede quitar".
Lorenzo Meyer advierte que si PRI repite en la Presidencia en 2018, no será por un apoyo de la sociedad, sino por una falta de alternativas. "Si mantiene el poder será porque las divisiones entre sus adversarios son de tal naturaleza que lo dejarían otra vez ahí, pero con una base que no sería particularmente sólida".
