Zlatan Ibrahimovic fue clave en el empate de Suecia.
Zlatan Ibrahimovic, el astro que no tiene tapujos para definirse como una leyenda del futbol, salió otra vez al rescate de Suecia.
Pese a que se quedó con las ganas de fijar un récord goleador en la Eurocopa, el delantero gestó la anotación con la que Suecia arañó ayer el empate 1-1 contra Irlanda el Grupo E.
Cuando Suecia era carcomida por la angustia de sufrir una inesperada derrota en su estreno ante Irlanda, Ibrahimovic apareció a los 71 minutos.
Luego de desbordar por el costado izquierdo del área chica, el capitán sueco mandó el balón a la olla, donde el zaguero irlandés Ciaran Clark lo cabeceó al fondo de su propia red.
"Puse el centro y él lo cabeceo", dijo Ibrahimovic, esbozando una sonrisa pícara cuando le preguntaron si el autogol se debió a otro de sus trucos de magia. "Mejor pregúntenselo a él".
La pericia no acompañó a Ibrahimovic en esta oportunidad, con un par de zurdazos que se fueron desviados. El artillero de 34 años no pudo convertirse en el primer jugador que anota en cuatro ediciones distintas de la Eurocopa.
"Pudimos mantenerlo alejado de nuestra área lo máximo posible", dijo el técnico irlandés Martin O'Neill.
Como premio a un impresionante desempeño en el Stade de France, Irlanda se adelantó en el marcador a los 48 mediante el gol del mediocampista Wes Hoolahan, definiendo con una brillante definición de volea desde una distancia de 12 metros.
En un grupo en el que Bélgica e Italia son los favoritos, la repartición de puntos dejó a ambos afrontando un panorama incierto.
