Gerard Piqué, con un gran gol de cabeza, rescató a España en Tolosa y le dio tres puntos que hicieron justicia al juego de La Roja.
El cabezazo providencial del zaguero central Gerard Piqué a tres minutos del final certificó ayer un debut victorioso para España en la Eurocopa al doblegar 1-0 a la República Checa.
Piqué le ganó las espaldas a la defensa checa y peinó con absoluta comodidad el centro que Andrés Iniesta, su compañero del Barcelona, colocó desde la izquierda con precisión de cirujano.
"Qué pase, qué calidad tiene Iniesta", dijo Piqué. "Hemos generado ocasiones hasta que llegó el gol. Queríamos ganar porque sabíamos que es muy importante empezar ganando".
España sumó sus primeros tres puntos dentro del Grupo D, en un partido que dominó en todos los sentidos.
La combinación Piqué-Iniesta premió la paciencia de los dirigidos por Vicente del Bosque, que hasta el final martillaron en el área ante un rival que se persignó a las intervenciones de su arquero Petr Cech.
"Creo que hemos controlado muy bien el partido, pero la pelota no quería entrar", resaltó Piqué, quien tras el partido se puso a jugar con su hijo Milan, de tres años, en la cancha del estadio Municipal de Tolosa.
"No nos desesperamos, intentamos atacar con orden, hacer el campo lo más grande posible y hemos generado muchas ocasiones hasta que ha llegado el gol", comentó Piqué.
Los checos dispusieron de una ocasión inmejorable para adelantarse a los 65 minutos, pero Cesc Fábregas salvó a España al despejar el balón en la raya de gol tras un cabezazo Theodor Gebre-Selassie.
Además, casi al final, De Gea rechazó con los puños un disparo a mansalva de Vladimir Darida que hubiera sido el empate.
"Si hubiéramos tenido un poquito más de suerte", dijo el técnico checo Pavel Vrba. "Nos entregamos al máximo y es una pena no haber rescatado por lo menos un punto".
El resultado dejó a España y Croacia al frente de su grupo con tres puntos. Un día antes, Croacia venció 1-0 a Turquía.
