Foto: Manolo Morales
El pelícano blanco gigante, también conocido como pelícano blanco americano es una de las aves más grandes de América del Norte que en su recorrido migratorio pasa por La Laguna; su asombrosa belleza se posa sobre las apacibles aguas del río Nazas.
Cada primavera y otoño, diferentes especies de aves migratorias encuentran en La Laguna lugares de refugio, alimentación y descanso, es por ello que en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) en esas temporadas, un grupo de investigadores nos damos a la tarea de registrar, además de otros grupos biológicos, a este interesante conglomerado de organismos que nos permiten monitorear año tras año la salud de nuestros ecosistemas.
A inicios del pasado mes de abril, finales de invierno, nos dimos a la tarea de continuar con los avistamientos de las aves que se encuentran en el río Nazas, en el segmento que comprenden las presas Francisco Zarco y San Fernando Lerdo, Durango. Una agradable sorpresa nos esperaba, ya que junto con las demás aves residentes y migratorias, también importantes e interesantes, pudimos fotografiar una hermosa parvada de pelícano blanco gigante o pelícano blanco americano (nombre científico: Pelecanus erythrorhynchos, Gmelin, 1789).
Después del cóndor de California, el pelícano blanco gigante es el ave de mayor envergadura en Norteamérica, con una longitud de punta a punta de las alas extendidas que puede llegar hasta los tres metros, y es tan grande que mide, en promedio, un metro con 30 centímetros, se han registrado ejemplares récord de hasta ¡un metro con 80 centímetros de altura!
Esa parvada, conformada por 20 individuos, pudo ser fotografiada en el segundo vaso de la presa Francisco Zarco.
Aunque desde los años noventa ya se tenía registrada esta especie en otros depósitos más o menos permanentes de la región, como El Cañón de Fernández (Lerdo, Durango) y el Tanque Aguilereño (Viesca, Coahuila), no se había lograr evidencia fotográfica de una parvada tan numerosa, sino más bien individuos solitarios.
Teniendo mucho cuidado de acercarnos con sigilo y respeto hacia nuestros visitantes para evitar perturbarlos, estos nos dieron la oportunidad de verlos durante dos días consecutivos interactuando entre ellos y relacionándose con el ecosistema.
Poder apreciar la singular belleza de tan grandes aves, aún más en este contrastante entorno semiárido, nos genera un gusto particular, y casi inevitablemente se desea saber más sobre tan distinguidos huéspedes, así que compartimos algunos datos que nos parecen interesantes más allá de la información biológica.
ACEPCIONES CULTURALES
La palabra pelícano proviene del griego ‘pelekys’ que significa 'hacha', seguramente en alusión a la semejanza de este utensilio con su singular pico ('erythro': 'rojo' y 'rhynchos': pico o nariz).
Estas aves han sido muy utilizadas en la simbología de leyendas, mitología, arte, heráldica y religiones de numerosas culturas que van desde el antiguo Egipto, pasando por los rosacruces y la francmasonería, hasta el cristianismo de la Edad Media, donde fue utilizado para representar al mismísimo Jesús. Fue en los bestiarios medievales donde se difundió la creencia de que los pelícanos alimentaban a sus polluelos con su propia sangre, y por ello es habitual encontrar imágenes de pelícanos en el cuadro de las cruces y otros lugares como símbolo del sacramento cristiano (católico y ortodoxo); esa leyenda de la autolesión y el suministro de sangre puede haber surgido a causa de la impresión que un pelícano da a veces de que se está apuñalando a sí mismo con el pico; en realidad, presiona a menudo este sobre su pecho para vaciar completamente su bolsa, la cual se torna roja en su época de reproducción.
La biónica o mecánica de los seres vivos (ciencia biofísica), permite la aplicación de soluciones biológicas a la tecnología de los sistemas de arquitectura, diseño, ingeniería y tecnología moderna, y ha sustraído numerosos secretos de la grácil aerodinámica del vuelo e hidrodesplazamiento del nado de esta colosal ave para la construcción de hidroaviones de carga.
ENTORNO APACIBLE
La especie de pelícano blanco americano está considerada en la categoría de preocupación menor según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y sin categoría en la Norma Oficial Mexicana. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) sus migraciones ocurren desde Centroamérica hasta Canadá. En otras regiones forman grupos de migración numerosa hasta de 180 individuos, básicamente en primavera, durante el otoño se pueden apreciar ejemplares solitarios. En la región se han registrado únicamente grupos de 10 a 25.
Aunque la relativa ausencia de población humana en ese sitio de la presa permite un lugar apacible para la corta permanencia de esta y otras especies migratorias como las gaviotas -sin olvidar las especies aún residentes como el águila pescadora, entre otras- en las márgenes de los vasos de la presa, se puede percibir lamentablemente, cada vez más restos de basura como calzado viejo, botellas y bolsas seguramente producto del vertido en el flujo, desde poblaciones de los municipios río arriba.
Al navegar por las aguas del río Nazas y disfrutar de las majestuosas formaciones geológicas, especies y ecosistemas, paisajes y sonidos embelesantes que conforman tanto el Cañón de Fernández, como la continuidad orográfica de los vasos que se crearon arriba de la cortina de la presa en su conjunto, se tiene la sensación (guardadas todas las proporciones por ser una ecorregión semidesértica) de que esta área fluvial no le pide mucho a sitios similares, como el Cañón del Sumidero en Chiapas, al menos en extensión. Seguramente es por lo apacible y bonito del área que todavía nos siguen visitando tan asombrosas aves.
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