Dificultades. La pequeña Naida ha tenido que sortear muchas dificultades por su condición. (MARY VÁZQUEZ)
Cuando a la pequeña Naida Margarita le colocaron un aparato auditivo, literalmente se lo "arrancó" del oído, pues toda su vida la había pasado en silencio, así que al escuchar los primeros ruidos se aterrorizó.
Ese día se la pasó muy inquieta, no pudo dormir de lo asustada que estaba, recuerda su madre Reyna Margarita Rendón Luna.
La pequeña Naida, de 5 años, vive en condiciones precarias en el ejido San Nicolás, a unos 30 kilómetros de la ciudad, su madre, que ahora tiene 23 años, desde los 15 años padece diabetes, por lo que atribuye que por su enfermedad, la niña presentó malformaciones genéticas. Nació sin uno de sus oídos y con el oído que tiene no escucha nada, además de que presenta también una "nube" en el ojo derecho y tiene una afección cardíaca.
El pasado 6 de mayo, la niña fue una de las 38 personas que recibió un aparato auditivo. Apoyo que gestionó el DIF Municipal en el programa PBP (Patrimonio para la Beneficencia Pública) de la Secretaría de Salud a nivel federal.
Cuando los médicos le colocaron el aparato fue un momento de contrastantes emociones, por un lado la niña estaba asustada al escuchar tanto ruido y su madre no pudo contener el llanto al ver realizado el milagro de que su pequeña pudiera escuchar.
Reyna Margarita platica que después de cuatro años de matrimonio, se enteró de que estaba embarazada y en ese momento sintió que el mundo se le vino abajo, pues su pensamiento era que no podría salir adelante, pues los médicos le anticiparon que sería un embarazo muy complicado.
La pequeña nació a los siete meses de gestación, por lo que tuvo que permanecer en una incubadora. Su vida no ha sido fácil desde entonces, pues no sólo ha tenido que enfrentar vicisitudes económicas y de salud, la pequeña es víctima de burlas de otros niños.
Cursa su último año de kínder, pero al tratarse de una escuela rural no recibe educación especializada. Se comunica con señas, las que su madre le ha enseñado, las circunstancias las ha obligado a establecer su propio lenguaje para comunicarse. Asiste a la escuela, pero sólo para colorear, su aprendizaje es lento.
La casa de Naida, quien es hija única, está compuesta sólo por un cuarto y una cocina construida con adobe, pues su padre es jornalero y gana 100 pesos diarios.
Hace unos meses el Municipio le benefició con la construcción de un baño y fue gracias a esa mejora en su vivienda que la mamá de la pequeña se animó a pedir la ayuda a las autoridades.
Ahora Naida Margarita será apoyada por el DIF para ser valorada médicamente y también se han comprometido a canalizarla a un centro para que reciba terapia de lenguaje, pero por su situación económica la pequeña necesita del apoyo de la ciudadanía, pues acudir a recibir tratamiento implica algunos gastos.
En caso de que alguna persona desee ayudar a la menor puede contactar a la familia por medio del DIF municipal, en el teléfono 8727720841.
