En Glasgow, Escocia, decenas de ciudadanos se dieron cita para presenciar la demolición de un histórico edificio. El momento era esperado con tal ansia que incluso varios montaron sus cámaras profesionales de video para rememorar el acontecimiento.
Pero un chico no corrió con la misma suerte que el resto de los espectadores, pues al colocar con sumo cuidado su respectiva cámara y justo cuando los explosivos fueron accionados, un enorme autobús se colocó en frente de su posición, evitando así no sólo la posibilidad de grabar la escena, sino la oportunidad de ver él mismo la majestuosa demolición.
Una vez que el camión finalizó su parada de unos cuantos segundos por fin dejó despejado el panorama, pero lamentablemente el edificio -literalmente- ya no existía en el sitio.
La demolición del edificio fue presenciado por decenas de transeúntes. (YOUTUBE)