¿Golpe de timón?
Don Sergio Aguayo: Habiendo leído su artículo, y no obstante estar de acuerdo con usted, sobre las torpezas cometidas en las actuaciones oficiales, no puedo llegar a las mismas conclusiones en lo referente a la necesidad de un golpe de timón en lo relativo a los derechos humanos. Me hago a mí mismo esta pregunta: ¿Realmente el Estado tiene un programa de violación de los Derechos Humanos? Así se planea en las dictaduras el embate a esos derechos, porque pueden llegar a desestabilizar al régimen despótico.
¿Es despótico nuestro Gobierno? ¿Con premeditación se protege la violación de esos derechos? Pienso que esas violaciones, que en verdad se dan, son producto de la natural alteración del carácter de aquellos que se están jugando la vida, que saben que su verdadera misión es defender los intereses de la patria contra quienes amenazan su integridad y la de sus instituciones, y no el combate de criminales que no obedecen mas reglas que las de la sangre. Los mexicanos somos indisciplinados casi por naturaleza, sin embargo a últimas fechas nos mareamos con encuestas, conteos, diagramas, etcétera, etcétera, materias que requieren de gran disciplina para hacerse y para creerse. Pues resulta que de la manga hemos sacado la cifra de 80,000 muertos y la sangre de ellos, la derraman los medios en el haber del Gobierno.
La intención es manifiesta. Satisfaría mi curiosidad saber cuantos de esa cifra corresponden a sicarios criminales, cuantos a militares y cuantos a civiles inocentes. Pero no basta, sería satisfactorio saber el origen de esa noticia. Usted señala temor, Don Sergio, que ahora sobrevenga un baño de retórica por las innovaciones ficticias del régimen. Advierto que esa retórica, negativa por cierto, ya existe y que es creación de los literatos de los medios; en un país con grandes limitaciones y graves vicios en la moral oficial, que se mueve penosamente, pero con seguridad hacia adelante, en lugar de auxiliar a su avance se le obstaculiza para recularlo. ¿Cual será el fin? En esto señor Aguayo debe haber pasiones o ambiciones personales que, ésas sí, debieran ser señaladas y eliminadas.
Miguel Ángel Prado,
Torreón, Coahuila.
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Cuba sigue siendo una asignatura pendiente
La celebración del Congreso del Partido Comunista Cubano, en el que ha sido reelegido como secretario general por unanimidad el presidente Raúl Castro, ha vuelto a ratificar que los pasos hacia la limitación de poderes son cosméticos, y habrá que esperar para pasar esta página de la historia al menos hasta el año 2018. El secretismo que ha caracterizado la celebración del Congreso del único partido político de la isla (Cuba), apuntala a la vieja guardia castrista, que está en el poder desde el año 1959. Una vieja guardia anclada en ideales comunistas, que sigue asentada en sus privilegios y continúa impidiendo la apertura.
La reforma de la Constitución anunciada por Raúl Castro para fijar el límite a los mandatos de los altos cargos en diez años, no es más que el aplazamiento de la auténtica reforma que necesita el país. Cuba necesita un sistema democrático en el que el Estado de derecho sirva a los ciudadanos y facilite el progreso material y educativo en libertad de la población. Cuba sigue siendo una asignatura pendiente para el orden internacional democrático.
Suso do Madrid,
Coruña, España.
