El grupo deleitó durante más de media hora a los asistentes con algunos de sus más conocidos éxitos. (AP)
El Salón Este de la Casa Blanca se transformó hoy en el escenario donde la banda mexicana Maná hizo cantar a cientos de invitados a la última ceremonia con motivo del 5 de Mayo que es encabezada por el presidente Barack Obama.
El grupo deleitó durante más de media hora a los asistentes con algunos de sus más conocidos éxitos, mientras que por momentos Fher cedió su lugar como vocalista a los asistentes para que corearan la letra de alguna de las canciones que interpretaron.
“Es un honor y un sueño estar tocando en la Casa Blanca. Si me hubieran dicho hace 20 años que estaría aquí no lo creería. Aquí está el corazón de México y los latinos”, dijo el emocionado vocalista, originario de Gualadajara, Jalisco.
A diferencia de eventos pasados, esta vez la mayoría de los asistentes, jóvenes y algunos no tanto, empezaron a moverse en sus reducidos espacios en el amplio salón apenas escucharon los primeros acordes de “Labios compartidos”, con la que Maná abrió su actuación.
A esta canción le siguieron “El muelle de San Blas” y “Mariposa traicionera”, con las que la gente empezó a animarse y a corear partes de la letra.
Cuando la banda interpretó “Rayando el sol”, la euforia era casi total y Fher cedió su voz durante casi la mitad de la canción a cientos de jovencitas que corearon la letra sin perder el ritmo, ante lo que éste no pudo más que comentar: “están bien afinaditos”.
El grupo planeaba cerrar su actuación con esa canción, pero antes de que sus cuatro integrantes abandonaran el estrado, fueron detenidos por el coro que pedía a gritos “¡otra!, ¡otra!, ¡otra!”, a lo que Fher y el resto de la banda accedieron con gusto.
“Yo necesito un trago, un tequila! A ver si no me corren de la Casa Blanca”, bromeó Fher antes de tomar la guitarra para cerrar la actuación con “Corazón espinado”, tema que grabaron con Carlos Santana para el álbum “Supernatural”, por el que el también músico mexicano ganó nueve premios Grammy.
