Victoria inesperada. La batalla del 5 de Mayo fue la primera gran victoria del ejército mexicano en el plano internacional. (AGENCIAS)
La celebración del Cinco de Mayo se ha convertido en un sinónimo de fiesta mexicana alrededor de todo el mundo, en las últimas décadas incluso ha superado en popularidad a fechas como el 15 de Septiembre (Día de la Independencia) y el 24 de Febrero (Día de la Bandera).
En algunas ciudades de Estados Unidos la fecha representa el día donde el sentimiento de nacionalismo mexicano, unidad y orgullo social se exaltan a través de bailes, desfiles y celebraciones en restaurantes; lo que motiva a un despliegue de mercadotecnia al que se suman cada vez más empresas y tiendas de toda clase, poco a poco se convierte en una marca comercial.
Sin embargo, el Cinco de Mayo de 1862 fue un día que quedó marcado en los libros de historia de México por razones muy diferentes a la música, guacamole y la fiesta; se trata de una fecha en la que el Ejército Mexicano se impuso a una nación invasora con categoría, por primera vez se logró presumir una victoria que pudiera unir a México después de la independencia de España.
Durante la presidencia de Benito Juárez la situación fue más que complicada, España, Inglaterra y Francia exigían el pago de una deuda casi imposible de saldar, de lo contrario se emprenderían acciones militares en su contra, solamente Francia cumplió esa promesa y decidió enviar unos 6 mil soldados de élite al puerto de Veracruz.
"Esa batalla es especial por la desigualdad entre ambos ejércitos, Francia tenía experiencia en la guerra, mejores armas, soldados mejor entrenados y claramente venían a ganar", asegura el cronista e historiador Matías Rodríguez.
La última vez que el gobierno mexicano se había enfrentado a otra nación perdió casi la mitad de su territorio, había sido en 1848 con los Estados Unidos, la herida aún estaba fresca y el miedo de otra gran derrota nacional era latente.
Pero lo menos probable sucedió, el general Ignacio Zaragoza armó un plan para defender los fuertes de Guadalupe y Loreto en Puebla, que en ese entonces era el principal paso a la Ciudad de México.
Con todas las probabilidades en contra logró resistir, luego obligó a una retirada de los franceses que pronto detonó sorpresa a nivel mundial.
"Más tarde Francia y los conservadores lograron que Juárez escapara, y se logró la instalación del imperio de Maximiliano... a fin de cuentas la batalla de Puebla fue algo simbólico, pero muy significativo", aclara el historiador.
