Roger Federer en la rueda de prensa donde anunció su retiro del torneo. (EFE)
Roger Federer ha causado baja en el Masters 1.000 de Madrid "por problemas en la espalda", y porque no quiere correr riesgos, y el suizo ha dejado abierta la posibilidad de competir en Roma la próxima semana.
Lesionado en el primer tramo del año, y tras sufrir una artroscopia en febrero en el menisco izquierdo, y luego afectado por un virus estomacal que le impidió debutar en Miami, Federer calificó este año de "muy duro", debido a sus contratiempos físicos.
El jugador de Basilea compareció en la sala de prensa y señaló que no quiere asumir riesgos. "Mi espalda me duele un poquito. Tuve que volver a parar. No quiero tomar riesgos. Lo mejor es que me prepare de cara a Roma. Lo siento", dijo Federer.
Dada la sucesión de lesiones, el suizo explicó que éste "está siendo un año duro" para él. El dolor en la espalda le viene desde antes de la Copa Davis, que "era cuando más" le dolía.
"Esta vez siento una molestia normal en la espalda. Sé cómo tratarlo, necesito descanso y por eso me retiro. Conozco mi espalda y sé lo que me pasa", comentó.
Roger Federer consideró que lo mejor para él era "abandonar" y aseguró que se siente "frustrado y triste". "Pero, al mismo tiempo, quiero que mi espalda se recupere", recalcó.
El jugador de Basilea apuntó como siguiente objetivo "jugar en Roma". "Veremos cómo me puedo preparar y si no puedo jugar, no es el fin del mundo", añadió.
El exnúmero uno del mundo explicó que, pese a la proximidad de Roland Garros, para él no supone un gran problema no haber disputado muchos encuentros sobre tierra batida. "Si juego partidos, genial.
Si no, confío en mi juego y en mi mente", subrayó.
Operado recientemente del menisco, Federer indicó que su reto es "estar al cien por cien" para el Grand Slam parisino.
