El valiente
Jugando al muy mexicano juego de la lotería. Grité ¡buenas con el valiente!, representado por un monito con puñal en mano y rostro agresivo, lo trasladé a los tiempos actuales donde algunos jóvenes suponen al valiente, a un señor con arma larga y manejando un vehiculo extravagante acompañado de súper bellas mujeres.
¡Que barbaridad!; a lo que hemos llegado gracias a los corridos, a las películas y a los programas televisivos, y por supuesto a los dólares de los vecinos del norte, y pensar que el autentico valiente y hasta heroico es la persona que trabaja duro y con ahínco como el ama de casa que estirando el gasto para dar de comer a sus hijos diariamente, o el maestro abnegado y con vocación hace de segundo padre, o los médicos y enfermeras que entregan vida y corazón en su trabajo diario, como en urgencias del IMSS o en la Cruz Roja y ambulantes que sin sueldo salvan vidas, o los albañiles que al sol abrasador entregan su trabajo, y como muchos obreros regresan en bicicleta a sus hogares, reciben desprecios y atrocidades de veloces e inconcientes automovilistas, o los vendedores de semillas, o el lanza fuego de los cruceros, o los buenos policías que los hay y muchos probablemente casi todos que acosados por la corrupción y con sus vidas en un hilo cuidan de la ciudadanía, los estudiantes de bajos recursos que sacan sus estudios y hasta trabajan, señor mió resulta que casi toda la sociedad somos mas que valientes, somos héroes de la lucha diaria. Según nuestras propias circunstancias.
Señores de los medios exaltemos a tantos seres humanos heroicos que merecen el ingenio de escritores y directores de película y novelas, y porque no hasta corridos, para que realcen su valentía y su gran valor social y que tanto nos hace falta, porque parece increíble que hundidos en un mar de seres humanos heroicos que por su abundancia y su tal vez rutinaria vida pasan por este mundo en un lamentable anonimato. Y los jóvenes que no sean más, avasallados por modelos grotescos de criminales y matones.
Dios quiera que nuestra sociedad recapacite y demos valor y honor a quien valor y honor merece. Muchas gracias.
Ingeniero Pedro Salas Suarez
Ciudadano de Torreón
Un acicate
Desde el punto de vista legal, la clave de los llamados “Papeles de Panamá”, estará en el origen de ese patrimonio y en si se declaró previamente y convenientemente a las Haciendas locales como bienes tenidos en el extranjero. Otra cuestión es la reflexión que todo esto merece desde el punto de vista moral. Poner el ventilador sin más es contraproducente porque puede transmitir la sensación de que la corrupción nos invade a escala internacional y un sentimiento de desesperanza de que la situación no tiene arreglo. Antes al contrario, que se dé a conocer un hecho de esta gravedad debe ser un acicate para empeñarnos, cada uno en la medida en que esté en nuestras posibilidades, en el trabajo a favor del bien común.
Es obvio que la vida pública necesita una profunda regeneración. Tal vez un escándalo como el de los Papeles de Panamá sea la ocasión propicia para poner de verdad manos a la obra.
Domingo Martínez
Burgos, España