No hace falta una observación aguda para entender cuáles son los motivos principales por los que una persona decide hacer "carrera política"; aunque el argumento más socorrido es el de que quiera servir a su comunidad, a la sociedad, a su ciudad, lo cierto es que ha sucedido lo contrario, se sirven y consideran que pueden hacer el uso que mejor les parezca del poder que deriva del cargo que llegan a ocupar; sin embargo, es básico que para llegar al cargo caminaron la legua y en el camino encontraron quien los ayudara y los impulsara. De estas ayudas aparecieron los primeros compromisos, y de estos compromisos, las primeras formas de corresponder al favor recibido: contratos, concesiones, puestos en el gobierno, permisos, facilidad en los trámites, nuevos contratos, utilizar bienes públicos para beneficios privados, como suele suceder con la maquinaria destinada a trabajar la obra pública que se usa por las noches para construir la obra privada - la nueva casa, la mansión, o la segunda casa del servidor público-, asociaciones para mejorar y aumentar los beneficios compartidos y toda una serie de prácticas que a fuerza de realizarse, adquieren la categoría de normales ante los ojos de propios y extraños, teniendo como producto terminado la complicidad, que se torna en el engrane que abre apetitos por más beneficios. Sin embargo, están apareciendo nuevas formas de organización y asociación que funcionan como red; como en mis dos colaboraciones anteriores, va el intento de explicar con ejemplo cómo operan estas redes, quiénes son los actores y dónde están los nudos que le dan forma y fuerza. Dicho esto, va el intento: para que Coahuila, el estado y sus habitantes hubiéramos llegado a tener la carga que significa a ésta y dos generaciones más, la deuda contratada, recontratada, reestructurada y contraída por cerca de los 100mil millones de pesos aproximadamente a la fecha. Varios fueron los actores, que por compromisos y proyecto político participaron y fueron beneficiados: Humberto Moreira y su ambición fue el punto de partida, y en el camino quienes ocuparon los cargos de secretario general de Gobierno, de Finanzas, del Sistema de Administración Tributaria - hoy Administración Fiscal General-, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso, diputados, y presidentes de comisiones en el congreso local, auditor superior de Coahuila, y el otro gobernador ; todos éstos, dentro del sistema y fuera: el presidente de la Asociación de Banqueros, los presidentes de Consejos de Bancos, dueños y accionistas, funcionarios de la Secretaría de Hacienda, dirigentes nacional y estatal del PRI, entre otros más, que por decisiones, acciones y omisiones fueron partícipes del proceso de endeudamiento legal e ilegal, y que conocieron unos más, otros menos, qué sucedió con el dinero de los créditos contratados y a dónde fue a parar; cómplices organizados para que el atraco se consumara. Estimado lector, los nudos son las dependencias y la fuerza derivó del entramado para consumar el robo; el dinero desaparecido se dice que fue a parar a la campaña de Enrique Peña, de allí el silencio sobre la responsabilidad de estos atracadores. También se dice que el desastre que es la Avenida Morelos tiene un propósito: hacerse de los locales que ocupan los negocios que poco a poco se van yendo que cierran por la falta de clientes, y se dice que el director de Obras Públicas es uno de los beneficiarios de este abandono múltiple, dicen algunos afectados que "quieren que exista un cierre masivo de negocios". El esquema se repite en otros espacios, por ejemplo, el giro comercial de bares y restaurantes bar de los que se dice que los nuevos locales que se abrieron en la ciudad pertenecen a los titulares de la Contraloría Municipal, Secretaría de Gobierno, primer regidor, alcalde, entre otros y el procedimiento para hacerse de clientela es sencillo: se impulsa una campaña de terror contra los negocios establecidos de tiempo atrás que tienen clientela fija, consolidada, y para ello se usan dos métodos. Uno, desatando el rumor de que se pueden dar actos de violencia en estos locales usando para ello a una persona que está cerca de la entrada haciendo este comentario y lo comprueba al señalar que a una cuadra está una patrulla de la policía municipal para cuidar el lugar. Otro, usando los mismos cuerpos de policías para que irrumpan en el lugar cuando éste atiende a su clientela con el pretexto de denuncias sobre venta de droga y en el colmo de las cosas, sobre la falta de permisos para funcionar. Estimado lector, las complicidades en ambos casos se generaron a partir de compromisos; el presidente con el gobernador; el alcalde con sus secretarios, directores y regidores, se configura la red y se conectan las redes. Es el tiempo de denunciar con pelos, señales, nombres y apellidos de quiénes son estos atracadores, dónde estaban cuando se inició la construcción de la red para el atraco inicial y dónde están ahora. En PC 29 queremos saber que pasó y quiénes son los responsables. Si tienes información, dala a conocer o háznosla llegar, participa, involúcrate, sacúdete estas lacras.
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