Plaqueo michoacano
De cuerpo y alma entera se retratan los políticos en estallidos de molestia y fastidio al ser contrariados o cuestionados. Ejemplos nos los da el presidente municipal de Torreón, todos o casi todos los conocemos pues el también puede “hacer shows”, pero no puede cumplir lo que con cara seria y pomposa se comprometió.
Pero a nivel nacional el gobernador michoacano Silvano Aureoles dio el ejemplo preciso del ser interno del gobernante en cuanto lo es. Una transformación escénica dentro de su psique lo muestra tal cual. Recordemos que atajó el paso del Papa Francisco para que la vedetilla barata Belinda, transportada en vehículo oficial según palabras de la farandulera: “pagó su respectivo pasaje”, pocos saben en qué forma lo pudo pagar.
Pero el colmo de la revelación de Aureoles es el estallido colérico y despreciativo que hizo al referirse al pago del plaqueo vehicular en su estado, por cierto el más caro del país- “todo por unas jodidas placas”. Ni duda cabe que el lobo o predador aparece en cuanto se tiene el cargo. No le parecen onerosos los pagos de pequeños causantes, no le parece alto el costo, los considera nimiedades. De seguro él no paga esos conceptos, usa vehículos oficiales.
¡Qué pobre esquema psicológico enseñan los gobernantes respecto a quienes los llevaron al poder! Los consideran esclavos, cautivos y tacaños que en todo caso sería lo de menos. Los cambios actitudinales cobran una dimensión como del agua con el fuego, de la campaña proselitista al ejercicio del poder.
¡Cuántas consideraciones de tipo revanchista hacia los gobernados. Piensan los gobernantes que trabajan casi como héroes, que nadie les agradece los desvelos, los traslados, las ceremonias, la entrevistas- no ven medida alguna para pagar sus “sacrificios” . Y todo porque el conglomerado no tiene los bozales para cerrar las fauces de quienes no sólo lo roban sino lo insultan y desprecian.
Aureoles cuando llega a casa, seguro, maldice y defenestra a todos los michoacanos por el trabajo que le dan, pero entonces, cabe la pregunta: ¿Para qué buscó pues el cargo? Ahora todo es muy diferente a los días de campaña. Siempre pasa lo mismo ¡No cabe duda que el poder trastorna y enajena como enervante!
Miguel Ángel Hernández,
Torreón, Coahuila.
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Enganchando ludópatas
Las adiciones, aunque todas son dañinas y aunque sin darle mucha difusión a sus efectos a la ludopatía, ésta también es destructiva.
Sabemos que hay personas que apuestan todo y de todo en el “embrujo” de la adrenalina generada por el juego. Para el efecto, basta percibir el estado-inestabilidad- emocional- de los jugadores para percatarse del impacto del juego en el ser humano.
Hay quienes pierden el trabajo, autos, casas, colegiaturas de los hijos, alimentos, calidad de vida, familia, matrimonios que se van por la borda, y hasta la vida por algunos suicidios que se llegan a presentar.
¿De qué tamaño será el gigantesco negocio casinero que se da el lujo de promoverlo en medios invitando a la gente a que deposite para el efecto cierta cantidad y ellos se la duplican?
¿La casa perderá?
Francisco Benavides Beyer,
Cuernavaca, Morelos.
