Carta a los candidatos
Nos visitaron en nuestra casa de la colonia El Campestre de Gómez Palacio, los promotores del voto preguntando qué queremos de los próximos funcionarios públicos –gobernador y alcaldes- y mi vecino de enfrente respondió tajante y sin rodeos: -¡Que ya no roben¡ que sean honestos y lo demuestren con acciones que beneficien directamente a sus comunidades. Tienen que cambiar radicalmente la pésima imagen que los ciudadanos tenemos de los políticos, de que todos, de cualquier partido, son corruptos, subrayó.
Por mi parte pensé en una propuesta para comenzar a abatir la corrupción que se da en todos los niveles: que los entrantes alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo aumenten sustancialmente los sueldos de los agentes de Tránsito –pedestres, motociclistas y patrulleros- para que cesen el acoso y las extorsiones que sufren conductores tanto particulares como del servicio público, los traileros, por ejemplo, quienes llegan a la Comarca Lagunera procedentes de otras regiones del país y aún del extranjero, cubriendo largas, peligrosas y fatigosas travesías solo para caer en las manos hamponiles de los mal llamados servidores públicos.
Los patrulleros de Lerdo, recientemente persiguieron sin clemencia al manejador de una camioneta y lo dejaron sin salida, empujándolo literalmente al fondo del canal de Sacramento donde sufrió lesiones graves. No es la primera vez que en ese tramo persiguen con saña a los conductores particulares que osan ignorarlos porque saben que serán extorsionados por el motivo más mínimo.
Cuestionados en alguna ocasión uno de los acosadores justificó sus acciones diciendo que “muerden” porque así lo ordenan sus “jefes”, con quienes comparten lo mal habido. Ojalá que los nuevos alcaldes comiencen por depurar las corporaciones de Tránsito, con lo cual eliminarían la mala impresión que tienen de los laguneros los habitantes de Ciudad Juárez, por ejemplo. “A mayor sueldo, menos mordida”.
Ya entrado en vuelo, propongo a las futuras autoridades que pongan orden en los estacionamientos destinados a las personas discapacitadas, sobre todo en los centros comerciales, donde los particulares estacionan sus vehículos desdeñando a quienes tienen necesidad de utilizar esos espacios. Esto sucede a diario en Las Sorianas, Alsuperes y Casas Ley. Son empresas particulares, es cierto, pero los dueños deben coordinar acciones con el Departamento de Tránsito para terminar con esos abusos.
Finalmente, pido la dignificación del jardín conmemorativo dedicado a perpetuar la memoria de los primeros hombres que se levantaron en armas en 1910, aquí mismo, en la colonia El Campestre, la cual se construyó sobre los antiguos terrenos de la desaparecida hacienda Santa Rosa donde comenzó la arrojada acción liberadora. La reparación de los pisos –no la remoción y menos el derribo de árboles y plantas- y la reposición de las letras doradas de la placa que evoca el movimiento revolucionario es lo que se requiere en estos momentos. ¡Ah¡ y dos bancas más.
Atentamente,
Higinio Esparza Ramírez
Gómez Palacio, Dgo.
